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¿El surfside colombiano?

Temo que si no reaccionamos eso le pueda suceder a la estructura de ese gran edificio llamado Colombia. Me impacta la irresponsabilidad de tantos ciudadanos frente al futuro, a pesar de los diagnósticos.

9 de julio de 2021 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

Desde hace varios años los propietarios del Champlain Towers en Surfside, Miami Beach, venían debatiendo sobre la suerte del edificio de 100 apartamentos pues ya en 2018 se habían identificado deterioro en el concreto y daños estructurales.

Las obras pasaron a costar US$16 millones cuando tres años antes el valor eran US$6 millones. En las asambleas, muchos propietarios desecharon la gravedad de los daños, la presencia de grietas, las filtraciones de agua, el leve hundimiento anual y nada se hizo, cubriéndose con la pregunta “si nada nos ha pasado en 40 años, ¿por qué nos pasaría ahora?”. Las voces de los expertos y copropietarios interesados en invertir capital en la restauración fueron desestimadas.
El 24 de junio de 2021, la estructura no aguantó más y en solo once segundos se vinieron abajo los 12 pisos, dejando a la fecha 79 personas sin vida y 66 desaparecidas. Tristemente, es posible que muchos de quienes quedaron entre los escombros, fueron asambleístas que no pasaron de mirar, controvertir o minimizar las recomendaciones de los ingenieros.

Temo que si no reaccionamos eso le pueda suceder a la estructura de ese gran edificio llamado Colombia. Me impacta la irresponsabilidad de tantos ciudadanos frente al futuro, a pesar de los diagnósticos. Estos meses recientes mostraron la fragilidad de nuestra ciudad y del país. Las ‘grietas y las filtraciones’ se reflejaron en las causas que originaron los bloqueos y en los bloqueos mismos.

La cantidad de intereses, unos legítimos y otros promovidos por narcoguerrilla, microtráfico y delincuencia organizada, formaron un coctel incendiario que quebró empresarios, incrementó el desempleo, disparó el costo de vida, destruyó la infraestructura del transporte público y generó un desestímulo sin precedentes para los inversionistas, reflejado hasta en la cobertura de las pólizas de seguros.

Personalmente, no quiero ser uno más de los asistentes de Surfside que va a mirar que se dice, a saborear pasabocas y a pampear el hombro de los enfrentados. Es hora de tomar partido. Luchar por una combinación de inversión social importante junto con autoridad para fortalecer las instituciones, corrigiendo los errores que estas han demostrado.

No confiaré en quienes vienen de ser maestros de obras en el edificio ‘Venezuela’, en el cual solo caben las élites corruptas pues sus trabajadores decentes son hoy caminantes en penuria por las carreteras de Colombia, ni del condominio ‘Cuba’, con los médicos especialistas manejando taxi. Quiero ayudar a salvar el edifico ‘Colombia’ y evitar perderlo mientras dormimos, como los del Champlain.

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