La necesaria lectura

Cuando a Borges lo interrogaban sobre lo que pensaba respecto a la otra vida, solía contestar “me imagino el paraíso, en medio de una biblioteca”.
Y la verdad que toda esa erudición que poseía el destacado escritor, se debía a sus constantes e intensas lecturas; allí está el conocimiento, y ahí permanece para que cualquier persona lo aborde y lo explore; al fin y al cabo, lo que un individuo sabe, es el producto de lo que aprende.

Esta época suele ser propicia para la lectura, y muchos columnistas elaboran sus artículos con recomendaciones sobre los libros que han tenido a su alcance.

Yo mismo lo he hecho en este espacio, y resulta ser estimulante el poder compartir experiencias de conocimiento que a muchos pueden interesar y atraer.

Por eso hoy vamos a hablar de la importancia de las bibliotecas y de las librerías, allí en donde reposan los textos en espera de consultores o de compradores.

Lo que me propongo con este artículo es hacer un llamado para el fomento del libro, que lo es precisamente a través de las bibliotecas y de las librerías, pero también de las campañas para que las personas se sientan atraídas para abordar la lectura, y de esta manera el conocimiento fluya y se irradie a todos los espacios posibles.

Por este motivo es que en el año que viene, debemos pensar en que cada persona, cada uno de nosotros, pueda incrementar su círculo de amigos, esta vez con las bibliotecas y las librerías. ¿Cuántas frecuento? ¿cuáles son mis favoritas para adquirir textos?

Entendemos que a muchos les asiste la excusa de la falta de tiempo, pero hoy tenemos las bibliotecas y las librerías virtuales, en donde desde el computador, o desde el mismo celular, se pueden bajar o comprar libros que de inmediato se descargan en sus dispositivos, en donde además podemos consultar qué tanto han sido leídos, o qué comentarios se hacen al respecto de sus contenidos.

La lectura tiene que convertirse en un hábito que, si se adquiere desde edad temprana, mucho más arraigo tendrá en el individuo.

De ahí a que cuando se consulta a los emprendedores y a los mismos científicos, sobre la forma en que hallaron sus descubrimientos, casi siempre responden que fue a través de alguna lectura, que supo iluminarles la creatividad e inducirlos a la creación.

Además, el que lee aprende a utilizar el idioma, a expresarse mejor, y a lograr una comunicación mucho más fluida y apropiada a lo que quiere transmitir y hacer.

Traigo a colación una expresión de un intelectual amigo que decía “es lamentable contemplar a muchas personas, incluidas profesionales, que pujan redactando un sobre”.

Feliz año nuevo para todos mis lectores.