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Avances y plazos

Para demostrar seriedad, es principio de cualquier negociación que se respeten los compromisos. En ese sentido, los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc tienen unas obligaciones que deben ser cumplidas.

26 de febrero de 2017 Por: Editorial .

Para demostrar seriedad, es principio de cualquier negociación que se respeten los compromisos. En ese sentido, los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las Farc tienen unas obligaciones que deben ser cumplidas.

La afirmación anterior es necesaria ante las demoras que ocasionan polémicas. Son asuntos como la construcción de las Zonas Veredales de Desarme, el establecimiento de los perímetros que las rodearán y serán vigilados por la Comisión en la cual participan los delegados de la ONU, la entrega de los menores involucrados en las Farc y la lista de los miembros de la guerrilla.

Todo eso está en marcha, aunque no con el rigor que fuera deseable. Por las razones que han explicado los funcionarios encargados de construir las zonas, se están superando las dificultades. Así mismo, se presentaron diferencias con los representantes de la ONU que ya parecen aclaradas.

Queda el cumplimiento de las obligaciones de las Farc. Está en primer lugar la entrega de los menores de edad. Aunque han fijado una nueva fecha, lo más importante es que honren su compromiso, lo cual daría por terminado un debate que golpea la credibilidad del proceso.

Y está la entrega de armas, que deberá iniciarse el próximo miércoles 1 de marzo. Para la sociedad colombiana ese es uno de los grandes logros de la larga negociación, porque demuestra en forma plausible la renuncia a la violencia, la esencia del estado de excepción en el ordenamiento jurídico que ha propuesto el Gobierno Nacional.

La segunda es la lista de los integrantes de las Farc, requisito indispensable para poder aplicar los beneficios que se definieron en el acuerdo y tener acceso medidas a la Justicia Especial de Paz. Además, es indispensable para saber quiénes son los miembros de la guerrilla que no se acogen al proceso y para evitar que quienes cometan cualquier delito traten de favorecerse con las medidas excepcionales definidas en la negociación.

En resumen, se necesita concluir las zonas de concentración y definir la entrega de armas. También se requiere demarcar los perímetros de seguridad que rodearán los campamentos veredales, determinar el área en la que operará la comisión conformada por miembros de la Fuerza Pública, de la guerrilla y de la delegación de la ONU, y entregar a los menores de edad.

Todas son acciones para generar la confianza que necesita el proceso de reintegración de los miembros de las Farc. Y lo más importante de todo ello es saber que esas armas no volverán jamás a alzarse en contra de los policías y soldados ni contra la población colombiana.

En ese orden de ideas, y si ya se hizo lo más complejo, es necesario ajustar los plazos en caso de que sea necesario para evitar polémicas que pueden afectar el cumplimento del objetivo final. Ya no es asunto de llegar a aplazamientos pero tampoco de convertirlos en puntos de honor que pueden poner en peligro lo logrado hasta ahora.