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Verdaderos héroes

Pues resulta que en nueve días que llevamos sumidos en este caos que han bautizado paro nacional, solo en Cali han resultado heridos 176 integrantes de la Policía

6 de mayo de 2021 Por: Diego Martínez Lloreda

En un país medianamente civilizado, que un ciudadano agreda a un policía es noticia en todos los medios y el ciudadano se mete en un problema judicial muy grave.

En Colombia no ocurre eso. Aquí se volvió un deporte nacional agredir a los miembros de la Fuerza Pública. No hay una protesta en que no resulte lesionado uno.

Y para la mayoría de medios de comunicación no es noticia que un agente del orden sea atacado por la ciudadanía. Lo que constituye primicia es que el policía, en uso de su derecho legítimo de defenderse, lesione a quien lo atacó.

Pues resulta que en nueve días que llevamos sumidos en este caos que han bautizado paro nacional, solo en Cali han resultado heridos 176 integrantes de la Policía. Eso no lo denuncian las redes sociales y muy pocos medios lo registran. Entre esos heridos, hay un policía que perdió un ojo y otro al que le propinaron 2o puñaladas. Sin embargo, eso no es noticia.

Pero hay de que uno de esos vándalos que se hacen pasar por manifestantes sea tocado por un miembro de las fuerzas del orden. Los medios salen a entrevistar a la novia del herido quien asegura que su pareja es un santo y que estaba en una marcha pacífica, cuando a un policía le dio por agredirlo.

Y entonces la Oficina de Derechos Humanos de la ONU sale a reclamarle a las autoridades que no se excedan en el uso de la fuerza. Por Dios.

Por cuenta de ese tipo de peticiones y del manejo sesgado que algunos medios internacionales le han dado a lo que ocurre en Colombia, en el mundo hay mucha gente convencida de que lo que está ocurriendo aquí es una brutal represión contra la protesta social.

Cuando lo que ha ocurrido es todo lo contrario: unos delincuentes han aprovechado esa protesta social y nuestro exceso de libertades para sembrar el caos en el país.

Quienes bloquean los accesos a las ciudades, generando un desasbastecimiento de alimentos, medicinas y combustible sin precedentes, no tienen ni idea porque hacen lo que hacen. Ni qué están reivindicando.

Son, simplemente unos idiotas útiles y unos instrumentos de quienes quieren destruir este país.

Si alguien desprevenido aterriza en Cali o en cualquier capital colombiana por estos días, pensará que este país es gobernado por una dictadura despótica que quiere eternizarse en el poder y que está acribillando al pueblo. Una violencia como la que hemos padecido solo puede justificarse en ese contexto.

Pero resulta que no. Que este país es gobernado por un régimen democrático y que Iván Duque, nos parezca el mejor o el peor Presidente, se va del cargo en 15 meses.

Pareciera que los organizadores de este despelote lo que buscan en el fondo es tumbar a Duque. Pues entonces están perdiendo el tiempo porque, insisto, a partir del 7 de agosto del año entrante Duque pasará a la historia.

La estrategia de los organizadores de este caos es clara: provocar a los miembros de la Fuerza Pública para que estos reaccionen y que queden como los malos del paseo.

En lo personal censuro con toda firmeza a aquellos que caen en la provocación, pero por encima de todo pondero a la mayoría de policías que teniendo las herramientas para defenderse no las utilizan. Esos sí son unos verdaderos héroes.
Sigue en Twitter @dimartillo

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