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Politiquería catastrófica

Hace rato estamos avisados del riesgo que corre Cali por...

20 de febrero de 2015 Por: Diego Martínez Lloreda

Hace rato estamos avisados del riesgo que corre Cali por una posible ruptura del jarillón del río Cauca. Innumerables expertos han constatado la fragilidad del dique, debido a los asentamientos subnormales ubicados sobre él, y han coincidido en advertir que la posibilidad de que colapse es real. Si ello llega a ocurrir, se inundaría media ciudad.Por algo, la Administración Municipal ha catalogado como una de sus prioridades la recuperación del jarillón. Y consiguió que, para ese efecto, la Nación aportara más de un billón de pesos.El primer paso para esa recuperación es el desalojo del jarillón. Por supuesto, para las personas asentadas ahí no es agradable desalojar la vivienda que han tenido por años. Es entendible, entonces, el inconformismo, a pesar de que quienes lograron demostrar que residen en la zona van a ser reubicados en un sitio mucho mejor que el que ocupaban. Lo que no se entiende es que irresponsables de todas las layas estén aprovechando ese inconformismo para intentar pescar en río revuelto y sacarle provecho a la situación. Comenzando por los ‘vivos bobos’ que dicen ser propietarios de casas ubicadas en la zona, pero que las tienen ‘alquiladas’ y aspiran a que el Estado los indemnice. Lo cual es absurdo, porque la obligación estatal es solucionarle el problema al que se está quedando sin casa y no al que montó un negocio inmobiliario en un predio que no es suyo. Como suele ocurrir en estos casos, ha aparecido un ejército de tinterillos que, con el argumento de frenar los presuntos atropellos que se están cometiendo en contra de quienes habitan en la zona, procuran convencer a los ‘damnificados’ de que entablen acciones judiciales contra el Municipio, con la intención de cobrar una jugosa comisión, en caso de que la justicia les dé la razón.Y no pueden faltar (sobre todo en un año electoral) los politiqueros que se presentan como defensores de los oprimidos y lo que pretenden es sacar dividendo electoral de la situación. Detrás de las protestas ocurridas en los últimos días están esos politiqueros que alebrestan a la gente para que no se deje “atropellar” del Gobierno Municipal. “Voten por mí y yo no los dejo sacar de aquí” es la promesa que algunos de esos politiqueros han hecho.No puedo ocultar la extrañeza que me ha causado que entre los políticos que están azuzando a los habitantes del jarillón esté Carlos José Holguín. Quedé atónito al escuchar en BluRadio a este candidato a la Alcaldía decir que si “ya esperamos 30 años para solucionar este problema, podemos esperar otros dos”. Él, como Secretario de Gobierno que fue sabe que a ese problema no se le pueden dar largas, debido al riesgo que existe de que el jarillón colapse. Lo que se esperaría de una persona que se presume seria como él, si le preocupa la suerte de los negocios que están asentados en el dique y que al parecer no se han considerado reubicar, es que se reúna con los responsables del plan jarillón para plantearles esa preocupación y convencerlos de que se tomen los correctivos.Porque alborotar a la gente y prometerle lo imprometible puede generar dividendos políticos, pero no aporta nada a la solución del problema.Ojalá el oportunismo de tinterillos y politiqueros, así como la miopía de los jueces que a punta de tutelas están torpedeando este proyecto que es inaplazable, no termine causando una catástrofe en la ciudad.

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