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Mockus, ¿todo vale?

¿Alguna vez había oído hablar de Henry Murrain Knuduson? Yo tampoco. Para llegar a ese nombre tuve que acudir a Google y poner en ese buscador la palabra Corpovisionarios.

25 de abril de 2019 Por: Diego Martínez Lloreda

¿Alguna vez había oído hablar de Henry Murrain Knuduson? Yo tampoco. Para llegar a ese nombre tuve que acudir a Google y poner en ese buscador la palabra Corpovisionarios.

Tras navegar un rato por la página de esa entidad, descubrí que el señor Murrain es su director ejecutivo. Supongo que también es el representante legal de la organización y por tanto quien firma los contratos que suscribe.

Lo que sí se descubre muy fácilmente al recorrer esa página es quién es el alma y nervio de Corpovisionarios. El primer párrafo que aparece bajo el título Nuestra Historia dice: “La Corporación lleva 17 años consolidando el enfoque de Cultura Ciudadana, a nivel teórico, metodológico y práctico, guiada por las enseñanzas de su fundador Antanas Mockus”.

Y haciéndole scroll a la página uno se topa con una foto de Mockus, enmarcada por la frase: “El secreto para preservar la vida es simple: escucharnos”: Antanas Mockus Cívicas.

Pero no hay necesidad de entrar a la página de Corpovisionarios para establecer el estrecho vínculo que existe entre esa entidad y Mockus. En cualquier presentación que hacía hasta hace muy poco Corpovisionarios, el principal orador era el exalcalde de Bogotá.
De hecho, Corpovisionarios diseñó una campaña de cultura ciudadana para la Alcaldía de Cali y la estrella de todas las presentaciones fue Mockus. Presumo que el señor Murrain acompañó al personaje, pero la verdad no recuerdo haberlo visto ni escuchado.

Con lo cual no hay duda de que cualquier entidad que opte por suscribir un contrato con Corpovisionarios lo hace porque tiene claro que a través de esta organización es que Mockus ‘vende’ su cuento de cultura ciudadana. Si Mockus no fuera el ‘alma’ de Corpovisionarios, nadie firmaría ningún contrato con esa empresa. Al señor Murrain ni siquiera le pasarían al teléfono los que contratan.

Ocurre que Corpovisionarios suscribió un contrato con la Gobernación de Cundinamarca seis meses antes de realizarse las elecciones legislativas del año pasado. No importa quién firmó el contrato, con seguridad la administración cundinamarquesa buscó los servicios de esa entidad, porque detrás de ella estaba la figura de Mockus.

Con lo cual es claro que Mockus incurrió en una inhabilidad, claramente ética y muy posiblemente legal, cuando la entidad que actúa a su nombre y por su nombre firmó un contrato dentro de un plazo prohibido por la ley.

Que un politiquero cualquiera recurra a todas las argucias para evitar perder su curul en el Senado, se entiende. Pero que lo haga el hombre que ha pregonado por todos los rincones del país su repudio al ‘todo vale’ es una total falta de coherencia. Que resulta muy desconcertante para quienes hemos creído en la doctrina Mockusiana.

Corpovisionarios es una entidad hecha a imagen y semejanza de Antanas. Tratar de deslindar a Mockus de esa entidad, es como pretender separar a Hitler del partido Nazi, a Perón del peronismo, a Fidel del castrismo o a Uribe del uribismo.

Qué lastima que en el afán de salvar una curul se socave la legitimidad de uno de los últimos bastiones de la coherencia y de la decencia que nos quedaban en este país

PD: Por el mismo camino va doña Ángela Robledo, quien perdió su curul por incurrir en una flagrante doble militancia y califica esa decisión como “un golpe a la democracia”. ¿Será que las normas no aplican para algunos?

Sigue en Twitter @dimartillo

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