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Justicia para Seuxis

Poco nos falta para ver a don Seuxis Paucias Hernández de Everfit, ocupando, muy orondo, su curul de la Cámara de Representantes. Cuando ello ocurra, don Seuxis, más conocido como ‘Jesús Santrich’...

16 de mayo de 2019 Por: Diego Martínez Lloreda

Poco nos falta para ver a don Seuxis Paucias Hernández de Everfit, ocupando, muy orondo, su curul de la Cámara de Representantes.
Cuando ello ocurra, don Seuxis, más conocido como ‘Jesús Santrich’, se convertirá en el congresista más ilegítimo en nuestra historia republicana. Lo que no es poca cosa en un país que ha tenido en el parlamento a personajes del calibre de Pablo Escobar.

Don Seuxis asumirá ese fuero sin haber respondido ante la Justicia por los crímenes que cometió como subversivo. En eso, para ser justos, está en igualdad de condiciones de ‘Catatumbo’ y los otros exguerrilleros que pasaron del fusil al Capitolio, sin escalas.

Pero, adicionalmente, don Seuxis adquirirá tal investidura en la condición de presunto narcotraficante. Porque el fallo de la Justicia Especializada de Paz, JEP, que lo libró de ser extraditado a Estados Unidos y que ordena devolverle la libertad, por ningún lado dice que don Seuxis no haya cometido el delito que la Fiscalía le imputa: conspiración para exportar a EE.UU. diez toneladas de cocaína.

Ese fallo, simplemente dice que “las pruebas (aportadas por la Fiscalía) no permiten evaluar la conducta ni establecer la fecha precisa de la realización” del presunto delito. La JEP, entonces, no dice que el delito no se cometió, sino que no se sabe si se cometió antes o después de la firma del acuerdo de paz.

Que entre otras cosas, de acuerdo a mi precario conocimiento jurídico, es lo único que le corresponde a la JEP hacer. Porque la Constitución establece que la que avala o no una solicitud de extradición es la Corte Suprema de Justicia.

Pero resulta que la JEP ni siquiera dijo cuando se había cometido el presunto delito. Se limitó a decir que “la fecha no se puede establecer”. Y con base en ese pronunciamiento tan débil no sólo se atraviesa en la extradición de ‘Santrich’ sino que pide su libertad. Con el agravante de que el tribunal no tomó por unanimidad tan delicada decisión. Lo hizo por un cerrado tres contra dos.

Lo cierto es que la JEP sale muy mal parada de esa decisión. No sólo porque se tomó una eternidad para adoptarla, cuando todos sabíamos hace meses en que sentido se iba a pronunciar. Sino porque además, se extralimitó en sus funciones. Y como si fuera poco, que dos de los cinco magistrados que estudiaron el caso no hayan estado de acuerdo con la decisión final, trasluce una preocupante disparidad de criterios al interior de ese tribunal.

Lo que tampoco entiendo es por qué el Fiscal encargado se apresuró a firmar la boleta de libertad de ‘Santrich’. Si para la Fiscalía es tan claro que el delito que se le imputa al exjefe guerrillero se cometió luego de la firma del acuerdo de paz, debía seguir con la investigación, hasta que una instancia superior, digamos la Corte Suprema, dirima el diferendo que tiene con la JEP en este caso.

Que el Fiscal titular prefiera renunciar antes que avalar esa libertad, pero quien lo reemplaza temporalmente se apresure a hacerlo, tampoco habla muy bien de la unidad de criterio al interior de esa entidad.

Lo que todo este episodio deja claro es que no son tan descabelladas las objeciones que el presidente Duque hizo a la ley estatutaria de la JEP.
Y que es urgente que se tomen medidas para evitar que este tribunal termine por suplantar las funciones de los demás órganos de Justicia, como claramente hizo en el caso de don Seuxis.

Sigue en Twitter @dimartillo

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