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Gracias, Rodrigo

¿Qué puede motivar a un caleño a ser alcalde de su ciudad?...

11 de diciembre de 2015 Por: Diego Martínez Lloreda

¿Qué puede motivar a un caleño a ser alcalde de su ciudad? Se me ocurren cuatro razones: 1. ansias de poder; 2. vanidad pura y dura; 3. Usar el cargo como trampolín para alcanzar dignidades más altas y 4. Alguien que de verdad ame a su ciudad puede estar interesado en gobernarla para servirle y retribuirle todo lo que le ha dado. Claro que estoy hablando de personas decentes, porque quienes no lo son pueden ver en la Alcaldía de la ciudad un jugoso botín para saquear, como infortunadamente nos ocurrió en el pasado reciente. Pero ese es otro tema. Volviendo a las motivaciones, más o menos legítimas, que pueden existir para ser Alcalde de Cali, ¿cuales de ellas pudieron empujar a Rodrigo Guerrero a llegar al cargo? Analicemos una por una.Ansias de poder no fueron. Rodrigo es un hombre espartano que además ha tenido, a lo largo de su vida, todo el poder que ha querido como director del Hospital Universitario, rector de la Universidad del Valle, en su primera Alcaldía y como concejal.Vanidad, menos. Ese no es defecto de Rodrigo. Y si lo fuera, esa vanidad ya quedó satisfecha hace 20 años cuando llegó por primera vez a la Alcaldía. ¿Usar el cargo como trampolín? A su edad, y con su temperamento, Rodrigo no está para eso. O sea que sólo nos queda la cuarta razón: el amor por Cali y su interés de servirle a la ciudad. Y eso es lo primero que le quiero agradecer a Rodrigo. Por años el hombre se dedicó a promover candidaturas de personas que hubieran sido magníficos alcaldes, pero que por diversas razones no cuajaron. Hasta que se percató de que la única forma de enderezar el camino, que la ciudad había perdido, era que él asumiera el reto. Y entonces decidió hacer ese sacrificio. Que para él, a su edad y con la vanidad y las ansias de poder colmadas hace rato, en verdad lo era. Pero no sólo le quiero agradecer a Rodrigo Guerrero que se le haya medido a semejante ‘negocio’ tan malo para él (tenía mucho que perder y muy poco que ganar). Por encima de todo, quiero agradecerle su incansable trabajo de estos cuatro años, haberle devuelto la dignidad a un cargo que otros mancillaron y una gestión que muestra resultados en muchos frentes. Lo primero que hay que destacar es la recuperación de las finanzas de la ciudad, que partió de la valiente decisión de acabar el leonino contrato mediante el cual se tercerizó el recaudo de los impuestos municipales. Gracias a ello, y a la juiciosa labor que ha hecho la Secretaría de Hacienda, el presupuesto de inversión se cuadruplicó. Otros logros de este gobierno son la disminución en los índices de homicidio; la recuperación del orden en el tránsito vehicular, gracias a la mano firme del secretario Hadad; la inversión en educación, que ha sido la más alta en 20 años, los programas de inclusión y la inversión social. También pondero que Rodrigo no sufrió del síndrome de Adán y se dedicó a concluir varias de las obras que su antecesor inició.Obviamente no todo fue perfecto y quedaron tareas pendientes que Maurice Armitage deberá concluir, como la recuperación definitiva del MÍO y de las Empresas Municipales.Pero, por donde se le mire, Cali es hoy una ciudad mucho mejor que la que era hace cuatro años.Por ello, Rodrigo, como caleño, toda mi gratitud. Extensiva a María Eugenia, leal coequipera de todas la horas.

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