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Garrote merecido

Vergüenza debía producirnos como sociedad que tengan que expedir un Código...

2 de febrero de 2017 Por: Diego Martínez Lloreda

Vergüenza debía producirnos como sociedad que tengan que expedir un Código de Policía que nos obligue a comportar de forma civilizada. No sé si ese draconiano Código vaya a lograr tal propósito. Lo que sí tengo clarísimo es que somos una de las sociedades más indisciplinadas, maleducadas y anárquicas del planeta. Las fiestas a todo timbal y hasta altas horas de la mañana pululan en esta ciudad; los perros hacen sus necesidades en cualquier esquina y muy pocos se les ocurre limpiar esas minas ‘cagapatas’; el 20% de los usuarios del MÍO son colados; cuando a alguien le roban el celular o un espejo del carro lo primero que hace es ir a la 16 a reponer lo que le robaron con algo robado...La expedición de ese código se justifica plenamente. Y que no vengan ahora los defensores de derechos humanos con la carajada que ese código restringe las libertades individuales.Unas cosa son las libertades y otra cosa es la maleducación y la anarquía. Como decían las abuelas, las libertades de uno terminan donde inician las del otro. El problema es que aquí la gente suele tener muy presente los derechos propios, pero le importan un pito los del vecino. Si el Código va a contribuir a cambiar ese vicio, bienvenido. Aunque apoyo la aparición del código, que ojalá se imponga sobre la ley de la selva que nos gobierna, tengo algunos ‘peros’. Primero, me parece que las sanciones no son proporcionales a la falta cometida. No puede ser que la multa para quien haga sus necesidades en la vía pública sea $736.000, mientras que quien adquiera un celular robado deba pagar $160.000. ¿Será que hacer pipí en un parque es más grave que incentivar el robo de celulares?Otra cosa que me genera dudas es cómo se van a sancionar los infractores. En algunos casos, como con los vecinos bullosos, no habrá mayor problema porque son fáciles de localizar. Pero en otros la cosa no es tan sencilla. Por ejemplo a quien se orine en la calle hay que cogerlo en flagrancia (¿si lo agarran con el arma de delito en las manos la sanción es mayor?). Igual a quien no recoja los excrementos de su mascota. Lo que más inquietud me causa es cómo se va a hacer para cobrarle la multa a los sancionados. Se habla de que a los morosos los van a meter en datacrédito o que se les prohibirá adelantar gestiones ante el Estado.Pero no creo que a un habitante de la calle lo despeluque ni lo uno ni lo otro. Ni tampoco a los que se cuelan al MÍO, muchos de los cuales no conocen ni el banco de sangre y menos tramitan nada ante el Estado. También me preocupa que la Policía se distraiga de su función esencial, combatir la criminalidad, por andar multando meones o colados.Además, hay unas sanciones cantinflescas. Como aquella que establece una multa de $636.000 a quienes ejerzan el trabajo sexual fuera del horario autorizado (¿Cual será?). Pero más allá de los reparos que se le puedan hacer al Código, sin duda nos merecemos algún instrumento que nos enseñe, así sea a punta de garrote, a comportarnos. A los que están molestos con esta normatividad les digo que más indignidados debían estar con la maleducación de la gente, que obliga al Estado a ajustar el manual de disciplina, como en cualquier escuela.Y por las multas no se preocupe. Si usted no orina en la calle, ni se cuela al MÍO, ni compra celulares robados, ni incurre en alguna de las 300 conductas que castiga ese código, jamás lo sancionarán.Sigue en Twitter @dimartillo

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