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Fútbol folclórico

El fútbol es asunto muy serio. Por él ha habido guerras, se...

28 de septiembre de 2012 Por: Diego Martínez Lloreda

El fútbol es asunto muy serio. Por él ha habido guerras, se han caído gobiernos, se han dañado matrimonios y roto innumerables amistades. Por ello, no es de extrañar que esta semana la agenda noticiosa haya estado marcada por temas futboleros. Y esa agenda tuvo como protagonista al que, por número de hinchas, historia y títulos, es uno de los más grandes equipos de este país: Millonarios. El anuncio del Presidente azul de que el equipo está estudiando renunciar a los dos títulos que alcanzó gracias a los recursos que aportó Gonzalo Rodríguez Gacha, generó una aguda controversia en el país.Periodistas, directivos, jugadores, e hinchas, sobretodo de los equipos que tienen ‘estrellas’ contaminadas por el el narcotráfico, terciaron en la controversia. La mayoría para descalificarla. Pero basta ver quiénes las cuestionan (personajes tan oscuros como el Chiqui García) para que a uno le den ganas de apoyarla.En lo personal, el debate me parece pertinente. A ese capítulo de la nefasta influencia del narcotráfico en el fútbol nacional nunca se le dio el debate que merecía. Y para superar definitivamente esa etapa aciaga considero sano que Millonarios, América y Nacional, equipos que alcanzaron títulos gracias a la chequera de los narcos, hagan un acto de contrición y renuncien a esos logros. Así algunos de ellos se queden con las estanterías vacías. Sólo un gesto de esa dimensión evitaría que en el resto del mundo, como ocurrió recientemente con un periodista uruguayo, se siga tachando a nuestro balompié de ‘narcofútbol’. Ese de verdad sería un acto de reparación.El otro tema que sacudió al país futbolístico fue la goleada que le propinó el Real Madrid a Millonarios. Al punto de que las redes sociales casi colapsan con los chistes, unos muy buenos hay que admitirlo, surgidos alrededor de esa vergüenza histórica. Pero de ese duro revés también se pueden sacar enseñanzas. Lo primero que hay que decir es que el entrenador de Millonarios miente de manera flagrante cuando dice que la derrota se produjo porque su equipo respetó demasiado al Madrid.Lo que ocurrió fue todo lo contrario: Millonarios irrespetó de una forma atroz a su rival y pagó un alto precio por esa osadía. Los jugadores azules confundieron un partido amistoso con una recocha. Y salieron al campo del Santiago Bernabeu relajados y convencidos de que sus colegas del Madrid eran tan folclóricos como ellos.Olvidaron que para los jugadores del Real cada juego es la oportunidad de mostrar sus condiciones y de tratar de alcanzar, o mantener, su puesto en el primer equipo. La mejor forma de respetar a un contrario es dejar todo en la cancha. Eso lo tuvo claro el Madrid. Millos, por desgracia, no. ¡No hay derecho a que los azules despilfarraran de tal forma la mejor oportunidad que, de seguro, se les presentará en su vida para exhibir sus virtudes!Millos, pues, sufrió esa paliza más por un tema de actitud que de aptitud. Que es lo que diferencia a los futbolistas que juegan en Europa de los suramericanos. Allá son profesionales dentro y fuera de la cancha. Aquí, como dijo Farid Mondragón, son folclóricos. Y los máximos protagonistas de ese asunto tan serio que es el fútbol, no pueden darse semejante lujo.

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