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Freno al terrorismo jurídico

El terrorismo jurídico ha hecho más mella en las Fuerzas Militares que...

14 de diciembre de 2012 Por: Diego Martínez Lloreda

El terrorismo jurídico ha hecho más mella en las Fuerzas Militares que los tatucos que lanza la guerrilla en el Cauca, en medio de su presunta tregua. Y es que cada vez que cualquier unidad militar planea un operativo se llena de temor. No por el enemigo sino por las consecuencias jurídicas que ese operativo pueda tener. Por ello, hizo bien el Congreso al aprobar un nuevo fuero que les otorgue a los militares garantías para desarrollar su misión de salvaguardar la vida y bienes de los colombianos.En este país hay miles de colectivos dedicados a defender los derechos de las víctimas del conflicto. Unos con las mejores intenciones y otros por el estupendo negocio que ello representa. O si no averigüen qué comisión cobra el colectivo José Alvear por cada indemnización que reclama. Pero de los derechos de los militares, que a diario se juegan el pellejo por defender la democracia, poco se habla. Es más ‘cool’ señalar a las minorías involucradas en los ‘falsos positivos’ que reconocer la labor que cumple la inmensa mayoría de ellos.Como yo sí vivo agradecido con la tarea que desarrollan nuestros soldados, celebro que se hayan establecido unas nuevas reglas para su juzgamiento. Y que ahora los excesos cometidos en actos del servicio queden en manos de personas que conocen los rigores de la guerra y no en fiscales que no han visto un accionar militar ni en la TV. Esos fiscales podrán seguir conociendo los delitos que cometan los militares por fuera del servicio, como corresponde.Lo que acaba de hacer el Congreso es apenas un acto de justicia y de realismo para un país que, gústenos o no, padece un conflicto armado. Y que está en el deber de velar por los derechos de todos los colombianos, incluidos, por supuesto, quienes se juegan el pellejo por defender al Estado.No entiendo la alharaca que han armado los enemigos velados de las Fuerzas Militares porque el nuevo fuero dispone que a los miembros de esa institución los recluyan en cárceles especializadas. De seguro lo que esos enemigos pretenden es que a los militares los recluyan en las mismas cárceles en las que están los malandros que ellos combatieron, para que les cobren las deudas pendientes.Lo que es claro es que la aprobación de este nuevo fuero exige un revolcón total en los tribunales castrenses, hoy en muchos casos integrados por capitanes, tenientes y otros oficiales de menor rango, que carecen del conocimiento que se requiere para cumplir esa labor. Y tampoco tienen la autoridad para juzgar a sus superiores. Juristas expertos que no tengan dependencia de ningún tipo frente a los procesados son quienes deben integrar los tribunales castrenses. Lo propio pasa con los reclusorios. Una cosa es que los militares estén aislados de sus enemigos y otra es que conviertan sus cárceles en ‘resorts’.Insisto, el nuevo fuero es un mero acto de justicia y realismo. De la forma en que los militares desarrollen los instrumentos que la ley les da, dependerá que esta iniciativa sea un instrumento que ayude a cimentar la paz en el país o que, como esperan los enemigos del estamento castrense, abra las puertas a la impunidad.

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