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¿Desmontar el Esmad?

Los organizadores de las protestas del año pasado, que tuvieron como motivación que se aumentara el presupuesto de las universidades públicas, quedaron envalentonados con el éxito que tuvieron.

17 de enero de 2019 Por: Diego Martínez Lloreda

Los organizadores de las protestas del año pasado, que tuvieron como motivación que se aumentara el presupuesto de las universidades públicas, quedaron envalentonados con el éxito que tuvieron.

Y ahora parece servirles cualquier propósito para convocar una marcha. Lo cual termina desvirtuando el sentido de las mismas. Porque cuando estas protestas se justifican, como fue el caso de las que reclamaban más plata para la educación, la gente las respalda. Pero cuando su propósito no es claro, se convierten en un fastidio para los ciudadanos.

En los pocos días que van de este año hemos tenido dos protestas. La primera, para reclamar la renuncia del Fiscal, que, a decir verdad, tuvo escasa convocatoria. Ante ese fracaso, decidieron poner en la mira de las protestas al Esmad y optaron por convocar una marcha para reclamar el desmonte de ese cuerpo de la Policía.

El argumento que utilizan es que unos miembros del Esmad se exceden en el cumplimiento del deber. Y como prueba exponen el caso del estudiante caucano que perdió un ojo en una protesta, a fines del año anterior.

No niego que el Esmad, como cualquier organización integrada por seres humanos, pueda excederse. Pero el camino para controlar esos excesos no puede ser acabar con ese cuerpo.

Si fuera así, tras el nefasto episodio de los falsos positivos debimos acabar con el Ejército; y tras el error cometido en el bombardeo a Santo Domingo se debió desmontar la Fuerza Aérea.

En el caso de los excesos en los que pudieron incurrir integrantes del Esmad, lo que corresponde es adelantar una investigación seria. Y si al final de la misma se comprueba que un integrante de ese grupo se excedió, debe ser sancionado de forma ejemplar.

Pero la Policía Nacional, como todas las policías del mundo, requiere una fuerza de choque que actúe para controlar cualquier tipo de disturbios.

Quienes protestan en paz no tienen que temer. Los que sí tienen motivos para odiar al Esmad son los ‘capuchos’ que se infiltran en las protestas para armar el caos. Ellos son los verdaderos interesados en que se acabe el Esmad.

En Cali tenemos muy claro lo necesario que es ese grupo, que es el único capaz de poner en cintura a los vándalos que se alborotan, de cuando en cuando, en inmediaciones de la Universidad del Valle.

Recuerdo una ocasión en que el Esmad se trasladó al Cauca para controlar unas protestas y los ‘capuchos’ aprovecharon para armar la guachafita en la Pasoancho. Como no había Esmad, llegaron hasta la Calle Quinta, destruyeron la estación del MÍO del sector y paralizaron durante horas esa arteria.

Lo que sueñan los terroristas que se infiltran en las marchas es que el Esmad desaparezca y que les corresponda enfrentarlos a policías que carecen del equipo y la preparación para ello.

Lo que me pregunto es por qué quienes reclaman que se acabe el Esmad no organizan una gran marcha contra esos terroristas que infiltran las protestas y obligan a que el Esmad actúe. El día que no se vuelvan a presentar esos desmanes, dejará de justificarse la existencia del Esmad.

Extra: en buena hora se suspendió la marcha contra el Esmad, tras el abominable atentado contra la Policía. Ojalá los organizadores de esa protesta dejen de hacerles el juego a los ‘capuchos’ que añoran que el Esmad se acabe y desistan definitivamente de esa marcha absurda.

Sigue en Twitter @dimartillo

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