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Confundidos por la paz

Tan confusa como el proceso de paz que adelanta el Gobierno...

21 de diciembre de 2012 Por: Diego Martínez Lloreda

Tan confusa como el proceso de paz que adelanta el Gobierno con la guerrilla es la posición de los colombianos frente a esos acercamientos. En la más reciente encuesta de la firma Gallup, el 71% de los consultados dijo estar de acuerdo con que el Gobierno haya emprendido tales negociaciones. Sin embargo, cuando se les pregunta a esas mismas personas si creen que esos diálogos van conducir al fin del conflicto que vive el país, la mayoría cree que eso no va a ocurrir.Me declaro perplejo. No entiendo cómo los colombianos respaldan una negociación en la que no creen. Otra respuesta de esa encuesta me confunde más. Los colombianos respaldan un proceso cuyo fin, supuestamente, es lograr que unas personas que llevan medio siglo tratando de cambiar el país a punta de bala, abandonen las armas y se les dé la oportunidad de buscar esa transformación a través de las urnas.Pero ocurre que una inmensa mayoría de los entrevistados por Gallup, el 72%, no está de acuerdo conque los miembros de las Farc, una vez hayan dejado las armas, puedan participar en política. La gente lo que quiere, según se desprende de esa encuesta, es que los cabecillas de la guerrilla pasen del hotel de La Habana a una prisión de alta seguridad. Me temo que la gente confunde negociación con claudicación y hasta donde sé, las Farc no han pensado en rendirse. En cuanto al proceso en sí, la confusión es aún mayor. No sé qué llevarán discutiendo desde hace más de un mes los delegados de la guerrilla y del Gobierno en La Habana, porque eso va a quedar en nada, por cuenta del foro agrario desarrollado en Bogotá.Según admiten los organizadores de ese peculiar certamen, de ahí salieron 400 propuestas, de las que se van extraer al menos 50 ejes temáticos que se llevarán a La Habana. ¿Cuánto tiempo se van a tomar los negociadores para analizar esa avalancha de ideas? Al paso que vamos, el estudio del solo tema del desarrollo rural, que es el primer punto de los seis de la agenda preacordada por el Gobierno y las Farc, va a durar años. Y la verdad, no entiendo para qué tanta discusión. Lo único que se debería estar negociando en La Habana es la forma en la que las Farc se van a desmovilizar. Todo lo demás se debería dejar para una discusión posterior. O para que la guerrilla, ya incorporada a la vida democrática, trate de convencer a los colombianos de que su modelo de sociedad es el que le conviene al país.Pero el Gobierno cayó en la trampa de las Farc de discutir ese modelo, a través de foros multitudinarios como el desarrollado esta semana, cuando la guerrilla no ha dado el primer paso hacia su desmovilización.Lo cierto es que las Farc están imponiendo el temario y los tiempos de la negociación. Y foros como el desarrollado esta semana, más que alimentar el proceso, contribuyen a enredarlo, que es precisamente, lo que quiere la guerrilla. Pero que esta negociación se vuelva eterna no parece ser un problema mayor. Al fin y al cabo tanto la guerrilla como la mayoría de los colombianos, si nos atenemos a los resultados de la encuesta de Gallup, parecen estar más preocupados por que se negocie que por los resultados que se puedan obtener de esa negociación. Como van las cosas, ese proceso se va a prolongar más que el conflicto que le dio lugar.

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