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¿Cien años reducidos a escombros?

¿A quién se le ocurre mandar a hacer un mueble y ...

25 de febrero de 2011 Por: Diego Martínez Lloreda

¿A quién se le ocurre mandar a hacer un mueble y entregarle al carpintero, como anticipo, el 100% del valor del trabajo? Me dirán que nadie es tan ingenuo de cometer semejante imprudencia, pues si lo hace existe un 99% de posibilidades de que el carpintero, por muy reputado que sea, se embolsille el dinero. O que se demore una eternidad haciendo el mueble.Pues ocurre que eso fue, guardando las proporciones, lo que hizo el Municipio de Cali con la Sociedad de Mejoras Públicas, SMP. Sí, aunque usted no lo crea, el Municipio contrató con la SMP la construcción de un centro de acopio de residuos sólidos y una estación de transferencia de escombros por un valor de $1.636 millones y le entregó todo el dinero en diciembre del 2009, pocos días después de suscribir el contrato.Pero además le dio los recursos a una entidad que, de acuerdo con la Contraloría Municipal que investiga el caso, no tenía la menor experiencia en hacer ese tipo de obras. Y la prueba de esa inexperiencia es que tuvo que subcontratar el 86% de las mismas.Lo cierto es que, como era previsible, hoy, 14 meses después de que la SMP recibiera los recursos, la obra no está concluida.¿Cómo es posible que el Municipio entregue semejante platal de forma tan alegre? La respuesta puede ser mucho más sencilla de lo que se imaginan: este tipo de contratación, la suscripción de convenios administrativos con entidades de derecho privado como la SMP muy usado por la Emru y el Fondo Mixto del Deporte, sirve para obviar la Ley 80 de 1993, que exige licitaciones y concursos públicos para adjudicar contratos y obras.El pálpito de que detrás de este convenio exista esa intención lo puede reafirmar el hecho de que ese no fue el único negocio que suscribió el Municipio con la SMP. Entre ambas entidades se firmaron dos convenios más. Uno, por $617 millones, ¡para realizar la Feria Comunera de 2010! y el otro, por $157 millones para descontaminar el río Aguacatal. Labores en las cuales la SMP tampoco tiene la menor experiencia y de seguro subcontrató.Cuando se le cuestiona sobre por qué le dio por meter a la Sociedad de Mejoras en este tipo de actividades, totalmente ajenas a las labores que tradicionalmente ha adelantado esa institución, la respuesta peregrina que da la Directora de la entidad es que “la SMP es la entidad de carácter cívico más antigua de la ciudad” y subraya que “es la primera vez en los 107 años de fundada que un ente de control revisa nuestros actos”.La antigüedad y la honorabilidad de la Sociedad no pueden ser la justificación de que se preste para ayudar al Municipio a eludir los mecanismos de contratación que establece la ley. Al contrario, la SMP debió hacer valer esa tradición y jamás debió meterse en unos negocios legalmente válidos y que le pueden reportar unos pesos, pero que no tienen presentación ética.Por cometer la ligereza de poner su nombre para la construcción de una escombrera, actividad totalmente ajena a su razón de ser, la reputación de la SMP, construida con tanto esfuerzo a lo largo de más de un siglo, puede quedar reducida a escombros.

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