¿Apocalipsis?

No fue el ébola, un temible virus que se transmite por contacto con la sangre o fluidos de animales infectados y que causa una fiebre que ocasiona hemorragias internas y externas, insuficiencia orgánica y del 50% al 90% de los casos, la muerte.

Tampoco fue el Sida, la enfermedad que transmite el virus del VIH y que en los años 90 causó estragos.

No, el virus que tiene acorralados a países ultra desarrollados como Alemania, Francia, Italia y España y sumido en el pánico al resto del planeta es una humilde gripe. Claro que a la gripe, que en otros lares llaman influenza, no hay que subestimarla. De cuando en cuando surgen modalidades de gripe, más agresivas que las comunes y que resultan fatales.

De hecho, el Covid-19 está muy lejos de ser la peor pandemia que ha golpeado a la humanidad. Ese lugar lo ocupa la pandemia por la gripe española, que se registró entre los años 1918 y 1924.

Quienes expandieron esa peste por varios países del mundo fueron los soldados que regresaban a sus naciones, tras la finalización de la Primera Guerra Mundial. Esa sola pandemia mató a cien millones de personas, ¡el 6% de la población mundial!

Pero aunque fue la más letal, esa no fue la única pandemia que afectó a la humanidad. En los últimos cien años hubo cinco más. La más reciente, que se registró hace tan solo diez años, la H1N1, dejó medio millón de víctimas fatales.

Insisto, el coronavirus, que hasta el momento ha cobrado 10.000 víctimas fatales, no ha sido la primera pandemia que ha azotado a la humanidad. Ni será la última. Por duro que sea el golpe que este virus le aseste, el mundo no se va a acabar.

¿En qué se diferencia esta pandemia a las anteriores? Básicamente en dos cosas. Primero en que vivimos en un mundo hiperconectado física y tecnológicamente, en el que las enfermedades y las noticias se desplazan a toda velocidad.

Hoy miles de personas viajan entre Occidente y el Asia. Y como el Covid-19 se transmite tan fácilmente, una enfermedad que hace dos meses solo se conocía en China hoy está diseminada por más de 150 países.

Y lo otro es la hiperconexión tecnológica. Las famosas redes sociales que, infortunadamente, le están haciendo más mal que bien a la humanidad. Buena parte del pánico que estamos viviendo se debe a la información y a las imágenes que se transmiten a través de esas redes.

Insisto, tenemos que tomar todas las medidas para evitar que el Covid-19 siga expandiéndose. Pero dejemos de pensar que este virus va a arrasar con la humanidad. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud es probable que el 60% de la humanidad se infecte de coronavirus. Pero menos del 5% de esa población va a tener complicaciones por esta enfermedad.

Otra cosa que nos debe llevar a ver la situación de una manera menos catastrófica es lo que está ocurriendo en China, donde llevan varios días sin que se presenten nuevos infectados.

Por fortuna, la llegada de ese mal nos cogió avisados a los colombianos y se están tomando las medidas cuando aún la expansión no está en el punto que llegó en Italia o España.

Conclusión: quedémonos en casa este puente, lavémonos las manos y hagamos todo lo que haya que hacer. Pero tengamos claro que estamos lejos del apocalipsis.

Mejor dicho, llevemos el pánico a sus justas proporciones.

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