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¿Del paraíso al infierno? 599772

Lo que fue y lo que podría seguir siendo un paraíso, helo...

6 de diciembre de 2016 Por: Mario Fernando Prado

Lo que fue y lo que podría seguir siendo un paraíso, helo ahí, sumido en la anarquía, el desespero incluso la desesperanza. Se polucionó, se invadió, se congestionó, se anarquizó, se despelotó, se usurpó y se salió de madre.Me refiero a Pance y no al río Pance que merece capítulo aparte -diré columna aparte- cuya vegetación fue chupada por el mercantilismo sanguinario, que no puede ver una zona verde porque de inmediato la asfixia en el concreto que ya llegó hasta su rivera.Mi tema es ese barrio, otrora lejos del mundanal ‘rugido’, que hoy es una amalgama incoherente, en la que de su escaso alcantarillado ya brotan las heces de sus residentes, en la que en poco tiempo será una realidad la carencia de agua y de los demás servicios públicos y donde es notorio un traquetismo rampante y una ausencia de autoridad en lo que se refiere al buen uso de su suelo.Impresiona que semejante belleza de barrio se haya contaminado de esa manera y lo peor, que los nuevos proyectos que están perpetrando con cualquier cantidad de pisos volverán sus calles intransitables y ahogarán aún más el caos vehicular insufrible que es el pan nuestro de cada día.Casa que tumban o lote que queda vacío, ‘suaz’, le clavan doce pisos primando más los intereses de los constructores que el respeto por el entorno y la preservación del medio ambiente.Y mientras esto sucede, la inmovilidad en la zona crece, como crecen las sombras cuando el sol declina y no hay pico y placas, ni desvíos, ni Policías, capaces de atender la demanda de circulación de ahora y menos la de los próximos meses, para no volver a hablar de los alcantarillados y los pozos sépticos que se van a colapsar.A lo anterior aumentémosle la proliferación de distintas actividades, incluyendo las non sanctas que están haciendo de las suyas en este sector. Hablo, o mejor escribo, de las casas de citas disfrazadas de masajeaderos, las casas de eventos -aunque hay algunas con licencia- de los rumbones after party y hasta de instituciones educativas con sospechosos permisos, como el Ágora que tiene invadido el espacio público e inmoviliza aún más el tráfico, generando un gran trancón y cuya guachafita permanente tiene desesperados a sus vecinos que han tocado infructuosamente las puertas de la Secretaría de Gobierno, Planeación, el Dagma, la Secretaría de Educación y lo que se ha formado es un Tongo le dio a Borondongo, porque dicen que el permiso del uso del suelo con que se escuda y que exhiben desafiantemente no es legítimo.Aquí, como en muchos otros casos falta que las distintas dependencias del municipio se pongan de acuerdo y ejerzan de manera coherente la autoridad que tanta falta nos está haciendo. De lo contrario ese paraíso que fue Pance seguirá convirtiéndose en un infierno en el que hasta Belcebú y Lucifer no podrán ejercer sus maléficas acciones.

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