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Ojo a la crítica engañosa

Por eso, el Gobierno debe hacer conocer la verdad y seguir su norte sin atender las críticas infundadas y sin desviarse de la implementación del Plan de Desarrollo con sus estrategias para la equidad y sus políticas...

4 de agosto de 2019 Por: Claudia Blum

Según el Departamento de Asuntos Económicos de Naciones Unidas la economía mundial no anda nada bien y a ese nivel se están haciendo grandes esfuerzos para impulsar medidas con miras a aminorar los riesgos y propender por un crecimiento económico más estable para los próximos años. Se necesita tener una óptica de cooperación continua e inclusiva multilateral en temas como la reducción de la desigualdad, la mitigación y adaptación ante el cambio climático que amenaza al entorno natural y al desarrollo, y el impulso de la producción y la financiación sostenibles para poder reducir esos obstáculos.

Se escucha que el crecimiento mundial para el año en curso podría llegar al límite de 3%. En muchos países hay señales de agotamiento económico causadas por tensiones en la geografía política, controversias comerciales, volatilidad financiera y fluctuaciones de precios en productos primarios.

Esta situación mundial ineludiblemente afecta nuestro crecimiento económico. Colombia no está aislada del mundo y la cifra esperada para este año será del 3,1% del PIB. Es un crecimiento inferior a los estimados iniciales, pero superior al esperado en América Latina que el FMI pronostica en apenas 0,6% (o en 1,3% sin incluir a Venezuela), con valores individuales tan bajos como 0,8% en Brasil y 0,9% en México y con una caída en Argentina de 1,4%.

No se trata de pensar que mal de muchos, consuelo de tontos. Pero ante este contexto internacional es decepcionante escuchar a quienes pretenden censurar al presidente Duque por lo que ocurre. Lo critican con mentiras e interpretaciones amañadas sobre las causas de lo está sucediendo en nuestra economía. Cuando, al contrario, en medio de la crisis latinoamericana, y un entorno global complejo, Colombia es uno de los países que mejor proyección tiene y el crecimiento nacional interno tendrá la más alta cifra en los últimos cinco años.

Por eso, el Gobierno debe hacer conocer la verdad y seguir su norte sin atender las críticas infundadas y sin desviarse de la implementación del Plan de Desarrollo con sus estrategias para la equidad y sus políticas para superar los escollos en competitividad y productividad, fortalecer la educación e innovación, generar formalización laboral y para recuperar la legalidad esencial para la vida social.

Debe así mismo explicar que, en línea con estos objetivos, los recursos del presupuesto de 2020 corresponden a sectores decisivos para el bienestar y el crecimiento futuro sostenible. De un total de $271,7 billones, el rubro de $43,1 billones para educación es histórico, como son significativos los $31,8 billones para salud, $31,5 billones para trabajo, $35,7 billones para defensa.

En Colombia –aunque hay mucho por atender– se está trabajando con esmero, en las distintas regiones, en sectores públicos y privados, con visión de país. Es inevitable que la oposición critique todo en forma vehemente, especialmente en plena época electoral. Lo grave es que las críticas falsas pueden afectar las tendencias de recuperación nacional, si no comprendemos el fondo de lo que el gobierno está proponiendo. Esas diatribas engañosas promueven expectativas negativas y terminan por amenazar al entorno económico. Los resultados pueden llegar a ser sorprendentes si nos alejamos de las críticas destructivas y les contraponemos un respaldo constructivo. Solo así podremos garantizar el crecimiento que Colombia puede lograr y merece.