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No dejemos que las glorias acaben las memorias

Le aplaudo a Iván Duque no haber caído en la tentación de intercambios con los congresistas para que le aprueben sus proyectos.

9 de diciembre de 2018 Por: Claudia Blum

Es imposible que en 126 días de gobierno el presidente Duque pueda mostrar logros concluyentes en tantos asuntos críticos heredados.
Injusto es atribuirle las enormes fallas que se cometieron en el gobierno de la ‘paz’. Sin querer devolverme al pasado, lo que sería poco constructivo, insistí en que el mandatario ha debido hacer desde el principio un corte de cuentas objetivo y contundente para que el país se enterara sin ambages de las condiciones calamitosas en las que tenía que gobernar. Y después sí borrón y cuenta nueva.

Al país lo entregaron hipotecado, con un déficit fiscal de 14 billones y cargado de compromisos irrealizables. La Ley de Financiamiento ha buscado soluciones y devolver competitividad a campos de la producción que padecen incentivos negativos, sin los privilegios de otros sectores, y que no compiten con importaciones de países con marcos tributarios más favorables. Sin embargo, el debate por el IVA ampliado del 53 al 80% de la canasta básica le costó en imagen al Presidente y generó pesimismo en la gente. El IVA buscaba dar formalidad a la economía y devolver lo cobrado a los sectores de menor ingreso, pero no se supo explicar la propuesta. Al punto que los opositores promovieron en las redes la idea de que ese reembolso no era posible, y se olvidaron de los subsidios que con tarjeta débito reclaman ya 2,5 millones de Familias en Acción y 500 mil Jóvenes en Acción. Tarde o temprano el país tendrá que reformar el IVA para generar mayor equidad.

Le aplaudo a Iván Duque no haber caído en la tentación de intercambios con los congresistas para que le aprueben sus proyectos. Es cierto que en el primer año de un Gobierno lo usual ha sido que el Congreso avale casi todo lo que le llega. Pero eso ocurre cuando hay nombramientos y contratos de por medio. Liderar el Parlamento sin la consabida “confitura” es peliagudo y tener un gabinete técnico por excelencia no es fácil, pues los políticos quisieran otro tipo de interlocutores para manejarlos a su estilo. A pesar de esto, no vaya a dar su brazo a torcer, le imploramos. Si usted resiste, así le bloqueen algunas iniciativas, tarde o temprano el Congreso tendrá que aprender que hay nuevas reglas de juego.

En ese escenario, encuentro positiva y conveniente la actitud del expresidente y senador Uribe, que sabe llegar a acuerdos y conoce cómo influir en la clase política. Su experiencia, veteranía, vocación y habilidad indiscutible de conjugar lógicas en acciones, con lenguajes y formas políticas, son indispensables en estos momentos engorrosos de trabajo congresional. Es posible trabajar para que las bancadas se reúnan, encuentren puntos en común, concilien y puedan desatorar las iniciativas gubernamentales que redundarán en beneficio del país y en la tranquilidad de los ciudadanos.

Presidente, recuerde que usted no tiene ligaduras con nadie sino con los colombianos. Pasada la marea, es importante que vuelva a liderar opinión con la gente, como usted sabe hacerlo, explique directamente sus propuestas y consolide una relación estrecha entre gobernante y gobernados. No dejemos que con las glorias se acaben las memorias.
Con su pasión por los temas del país y su capacidad de servicio podrá convocar consensos, con el apoyo de su partido, liderado por Álvaro Uribe, y defender las iniciativas que deben concretarse para retomar la ruta del crecimiento y desarrollo dentro de un contexto de equidad y paz.