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Santos – Chávez

1. Santos, liberal. Los liberales a Santos: “Usted es nuestro Presidente”. Santos...

6 de abril de 2011 Por: Carlos Mejía Gómez

1. Santos, liberal. Los liberales a Santos: “Usted es nuestro Presidente”. Santos a los liberales: “Ustedes son mi partido”. El hecho es que el liberalismo crecerá vinculándose al gobierno. Y absorbiendo a Cambio Radical. Pero he aquí la paradoja: el absorbido absorberá al absorbente: Vargas Lleras podría quedarse con este liberalismo en expansión, como jefe y quizás como candidato para el 2014. Además, la llave liberalismo más Cambio Radical se proclama como el sector mayoritario del país en parlamentarios y votos. Lo más curioso: de tener éxito, este juego se haría a expensas del Partido de la U y de la convergencia de éste con el conservatismo. Siendo la U, como lo es, una creación santista, uno no entiende cómo el Presidente engendra su propio Frankestein y arma, además, una coalición enemiga de la U. Y de los godos. Por querer tenerlo todo, podríamos estar frente a un nuevo paisaje político: ¿Santos con todos? ¿Santos contra todos? ¿Santos versus Santos?Pero dejemos de especular y volvamos al principio. El mismo día en que el liberalismo y el doctor Santos se declararon sus recíprocos amor e identidad, el Presidente cayó en cuenta de que lo había traicionado el inconsciente y de inmediato ‘aclaró’: “Uno puede comulgar con las ideas de otro partido (el Liberal) pero mi partido es y será la U”. ¿Cómo?, se pregunta uno: o sea que el ideario del Mandatario proviene del Partido Liberal aunque milita en la U, al cual muestra, implícitamente, como partido ¿sin ideas? Peor dolor: el primer golpe a la U (los liberales son mi partido) fue leve frente al segundo (milito en una U que no tiene pensamiento pero pienso como un Partido Liberal que no tiene militancia). Todo lo anterior, que se ha tomado un poco a la ligera, puede implicar una nueva e inescrutable doctrina política que de seguro pone a pensar a muchos: a los liberales, al Partido de la U, al ex presidente Uribe y sus uribistas ortodoxos, a los demás miembros de la coalición de gobierno y a los volátiles integrantes de la Unidad Nacional… ¿Quo Vadis?2. Chávez, el comunicador. No es un chiste: le dieron a Chávez premio de periodismo en Argentina. Justificación: el Mandatario venezolano, dicen, ha dado vida y aliento a lo que han proclamado como periodismo popular como expresión de periodismo militante. Los partidarios del engendro sostienen que resulta mejor un periodismo prolífico, en muchas manos de la gente del común que unos pocos grandes medios en poder de algunos cuantos burgueses. Queda patentado, así, el contraste irreconciliable entre dos visiones ideológicas de la comunicación social: la que defiende la libertad y la libre empresa y la que atribuye a un gobernante estatizador la creación, control y manejo de los medios para beneficio de su propio ego. De modo que ahora acallar la prensa, la radio y la televisión resultan encomiables siempre que se transfiera al Estado (y en el caso Chávez ‘l’état c’est moi’) el poder total de información, difusión y comunicación. Creíamos haberlo visto todo en esta vida cuando Gadafi coronó a Chávez como rey de los derechos humanos. Sólo faltaba verlo ahora como adalid de todas las libertades. O sea que los locos éramos los demás.