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El concierto para delinquir

1. De la A a la Z. Por ciertas circunstancias hemos...

2 de abril de 2014 Por: Carlos Mejía Gómez

1. De la A a la Z. Por ciertas circunstancias hemos estado recordando con algunos amigos expertos en Derecho Criminal algunos ‘célebres’ asesinatos en Colombia. Se ha matado gente por todas las letras. Por la A: Consuelo Araújo. Por la C: Guillermo Cano. Por la G: J.E. Gaitán, L.C. Galán, Guillermo Gaviria, Álvaro Gómez. Por la J: Bernardo Jaramillo. Por la L: Rodrigo Lara Bonilla, Enrique Low, Gloria Lara. Por la P: Jaime Pardo, Carlos Pizarro. Por la T: Diana Turbay y sus parientes del Huila. Por la U: Rafael Uribe Uribe y los dirigentes de la UP. Esta mención es pequeña si se compara con la realidad.2. Aquí entre nos. Aquí en Cali hemos tenido casos muy dolorosos: subdirector y Director de un diario local. Y los de nuestros entrañables amigos Gerardo Bedoya Borrero y Donald Rodrigo Tafur.3. El concierto para delinquir. Hay conciertos sublimes en los que unos músicos mezclan sus almas y sus instrumentos para enaltecer al ser humano. ¡Oh gloria inmarcesible! Por desgracia hay otros conciertos. De ellos el más grave, deletéreo, mortífero y venenoso es el concierto para delinquir. Lo tipifica el artículo 340 del código penal “cuando varias personas (pueden ser dos o más) se conciertan con el fin de cometer delitos”. No sólo son punibles los delitos en cuanto tales: el sólo hecho de ponerse de acuerdo es un delito en sí mismo. Y muy grave porque suele ser cobarde y alevoso. Es muy grave para la sociedad por el peligro que entraña. Pero también funesto para los copartícipes porque suelen luego denunciarse y aún eliminarse entre sí. Nuestras estadísticas de homicidio crecen en buena medida por luchas entre bandas o por luchas entre los integrantes de una misma organización delictiva.4. El repertorio. Los delitos suelen ser de muchas clases para las bacrim. ‘Bacrim’ o bandas criminales hay de muchas clases. En sentido más estricto son las que incluyen sicarios y terror. En sentido más amplio puede ser cualquier bandola o grupo: lo que cuenta en últimas es que hay concierto o acuerdo para delinquir.Miremos el Pacífico que tanto nos duele, desde Nariño hasta el Chocó, Pasemos por la Buenaventura que tanto amamos. Sigamos por el resto del Valle, al que veneramos. Concentrémonos en Cali la ciudad que idolatramos.Duele la denuncia de las extorsiones aquí (y en todas partes). Te pueden extorsionar por un peso, un chontaduro o por miles de miles. Pagas o te mueres. ¡Horror de horrores! Pero hay delitos más sutiles que se divulgan menos. Las estafas. Son como un cáncer especializado. Te agradan, se hacen tomar confianza, te prometen esta vida y la divina, te presentan sueños fatuos. Caes. Te lo pueden hacer con buenas fachadas, a través de sociedades con nombres seductores pero que resultan ser compañías fantasmas y de papel. Sus socios aparecen, dan el golpe y se esfuman. Hay que buscarlos. Este nivel de malicia es mucho más grave. ¡Ojo al estafador que simula muy bien y parece una santa paloma. Y hasta se escuda en su santa familia. Es más peligroso!5. Gracias, señor Fiscal. Hay que agradecerles al Ministro de Justicia y al Fiscal General. Para ellos lo esencial es perseguir el concierto para delinquir. Y reservar las cárceles para estos personajes que terminan involucrando a otros e involucrándose en toda clase de crímenes. ¡Dios nos libre y libre a la sociedad de tal escoria!