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De Obama y Chávez

1. Un negro en la Blanca. Estados Unidos ha sido una nación...

23 de enero de 2013 Por: Carlos Mejía Gómez

1. Un negro en la Blanca. Estados Unidos ha sido una nación de inmigrantes donde anteriormente eran todos blancos, rosados, pelirrojos y ojiazules. Los afrodescendientes constituían una especie de mancha que se perdonaba porque su vocación esclava complementaba las labores animales. Como todo lo valioso era albo, la sede presidencial debería ser y ha sido por centurias una Casa Blanca. Nadie hubiera pensado en que se llegara a un nivel de diversidad tal que permitiera a un morocho posar su mano sobre la Biblia de Abraham Lincoln para juramentarse como Presidente ante dos millones de invitados presenciales, más de trecientos millones de compatriotas y más de mil millones de televidentes en el mundo y con una ceremonia de US$200 millones (más que la de un rey). Y menos aún se pensaría que ese mismo espigado moreno siguiera rompiendo la historia al volverse a posesionar ante 850.000 invitados en una alegre fiesta invernal al grito del contagioso slogan “Our people, our future” ya sobre más biblias porque se agregaron la de Martin Luther King y la de la familia de la primera dama, Michelle Obama. En Estados Unidos “ya llegó el 20 de enero” con su fiesta de blancos y negros, con el agregado de los latinos pálidos y los orientales amarillos. Pero Obama no sólo rompió los esquemas del color de piel sino que lleva cuatro años dando lecciones de elegante prudencia, de sereno glamour, de sensato equilibrio, de alado andar, de fáciles talento y verba.Esperamos que pronto estemos los latinos o hispanos o sudacas o indios caraspálidas en esa esquiva Casa Blanca. Por ahora nos aproximamos a un 20% de la población y vamos logrando figuración en todas las ramas del poder.2. Lo que viene. Pero el puesto de Obama en la historia grande (ya de hecho marcó un hito sin precedentes) dependerá de su manejo del déficit, de la inmensa deuda (y su nuevo techo), de la reforma migratoria (hasta ahora incumplida), del control de armas (en un debate interminable entre la libertad absoluta de su porte y uso y la protección eventual del derecho a la vida), del manejo político de un Congreso dividido por dos, de los temas internacionales, con las amenazantes economías de China y la India que alcanzan la tercera parte del mundo y con los problemas en Asia y África (que, por cierto, nos impiden figurar en la agenda). Para bien de Obama, de los americanos y del mundo, esperemos que al reelecto presidente gringo todo le resulte.3. ¿Y Venezuela? No tiene precedentes una nación sin presidente. O con varios presidentes. O con muchos (entre maduros e inmaduros) que se sueñan presidentes. Una nación sin Constitución. O con varias constituciones a la carta. Una nación sin ramas del poder público. O con una rama que absorbe las demás. Una nación sin derecho. O con un derecho de bolsillo, en un solo bolsillo. Una nación rica pero pobre. Una nación que domina otras naciones pero que no se domina a sí misma. Una nación con un líder que se cree el inmortal Bolívar y no se decide a morir o a ser un enfermo terminal, o a tener un cáncer metastásico y tumores que (dicen los especialistas) duplica su tamaño en veinte días o ¡quiera Dios!, a curarse definitivamente. Pero que se sepa la verdad.