El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Lecturas para reponerse

Si sumamos el número de abstencionistas, de votantes en blanco y de...

6 de julio de 2014 Por: Carlos Lleras de la Fuente

Si sumamos el número de abstencionistas, de votantes en blanco y de opositores de Santos, tendremos que concluir que sólo el 5% del censo electoral dio su respaldo al Primer Mandatario, lo que demuestra hasta la saciedad la crisis que vive nuestra democracia: la gente no cree en ella por falta de una política social de calidad, por la corrupción rampante, por la mediocridad de una campaña insulsa y sucia y por otros motivos.Muchos colombianos estamos tristes desde que pasó la primera vuelta cuando quedaron eliminados tres buenos candidatos. En medio de esta melancolía hay un solo remedio: que cada cual se distraiga y deje de ver noticieros, entrevistas flojas y noticias de las conversaciones de La Habana.En mi caso en particular, presintiendo lo que iba a pasar, estoy dedicado desde mediados de mayo especialmente a los libros y la música; si el Presidente va a ser tan mediocre como lo ha sido en este periodo, voy a terminar en 2018 con una cultura monumental difícil de usar prácticamente a mi edad.Pero bien, entretanto, no puedo dejar pasar el bellísimo libro que editó la Universidad de los Andes con ocasión de la Feria del Libro, que nos ofrece las siempre actuales Bagatelas de ese gran periodista y escritor que fue Hernando Téllez, muerto prematuramente a mediados del siglo pasado y nacido el mismo año de mi padre; adicionalmente la publicación nos redescubre Literatura y Sociedad, escrito que junto con las Bagatelas no se había impreso desde hace muchos años.Téllez fue aguerrido periodista (Mito, El Liberal, Semana, El Tiempo), Cónsul de Colombia en Marsella en momentos de la invasión nazi a Francia pero, ante todo, un gran pensador que en prosa magnífica, nos habla de las etapas de la vida (Infancia, Juventud y Vejez), del amor, el olvido, la soledad y la muerte.Son siete bagatelas que leí, una por noche para poder saborearlas bien y para apreciar el uso del español en una prosa impecable, precisa y sincera, con algo que recuerda a un buen padre de familia que abre su corazón a sus hijos que van creciendo.En su Bagatela sobre la muerte, escribe Téllez: “He aquí que un día cualquiera la muerte inicia en nosotros su preludio. Avanzamos absortos, indiferentes, por la vida y de pronto la enfermedad, el dolor físico nos asalta.” Y agrega: “Empieza la lucha con el ángel de rostro misterioso y las etapas temporales de oscuro combate van prolongándose en los círculos impalpables de las horas, los días y de los años”. Y termina con un panorama de profunda tristeza: “Los viejos y los enfermos, en su inmensa y abrumadora proporción, crean, para la vida que se les escapa a cada instante, una ficción de enfermedad que torna desoladoramente trágico el espectáculo de su lucha con las fuerzas secretas de su destrucción irrevocable” (...) la ley inobjetable y tremenda para las criaturas humanas, determina que ese tránsito de la gozosa movilidad vital a la inmovilidad del sueño definitivo y absoluto, no ocurra sin que se pruebe la amargura sin par que estremeció e hizo llorar al más puro y magnifico de los hombre en el Monte de los Olivos”.Magistral y estremecedor texto descriptivo de todo lo que a todos nos espera. Téllez no vio esa vejez, pues falleció a los 58 años pero nos dejó páginas que, ellas sí, deberían leer y repasar personas de todas las edades.