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¡Italia y el Barroco sin ‘i’!

Comencemos por fijarnos en que el nombre del país comienza por la...

11 de mayo de 2014 Por: Carlos Lleras de la Fuente

Comencemos por fijarnos en que el nombre del país comienza por la novena letra del alfabeto, que va a regir la composición musical en él por muchos años, especialmente en la época del barroco. Pero por carencia de ‘i’ no sólo el barroco no hubiese existido y el Renacimiento hubiera estado cojo, sino que la gran ópera tampoco. Por cierto, que es el único país del mundo en el cual la composición musical esta férreamente ligada a una letra.Cualquier fundamentalista diría que estamos perdiendo el tiempo con estas investigaciones, sin pensar que la cultura se enriquece con ellas. Es bueno, en consecuencia, resaltar algunos aspectos de ella: 1. El análisis ha sido hecho sobre los músicos que afortunadamente están presentes en mi discoteca, que siendo la música mi vicio preferido ya va por los 3.500 CD sin contar con las operas ni los DVD, algunos láser y algunos LP que me quedan después de haber donado más de 700 a la H.J.U.T.Dicho lo anterior cada uno de los músicos que enuncio más adelante está representado por alguna composición, desde una romanza hasta la obra completa de Verdi. 2. El barroco italiano fue tan rico que explotó en el mundo musical como un volcán que se destruye a sí mismo. En efecto, después de ese sorprendente surgimiento desapareció Italia del panorama musical del mundo y aún no ha renacido la música italiana que, en cuanto a la sinfónica, es víctima de la erupción que había ido propagándose desde el siglo XV; se salvó la gran opera representada por músicos ‘i’ que ocuparon principalmente el siglo XIX y que vienen desde Monteverdi hasta llegar a Verdi, Puccini, Bellini, Donizetti, Rossini, Mascagni y Ponchielli. ¡Qué riqueza musical que sólo encuentra rival en el mundo germánico: Mozart, Strauss, Wagner!3. Los ingleses, como de costumbre, no cuentan y su única figura es otro germano, Handel y sus más de 60 óperas de nivel no siempre competitivo.Los franceses, Bizet, Berlioz, Gounod, tampoco están al mismo nivel y eso nos lleva a comentar que Francia jamás ha podido competir en el mundo musical, salvo con los impresionistas: Debussi, Ravel.España tampoco cuenta pues es el reino de la zarzuela; la ópera sólo existe en como obra menor de Albéniz.Para concluir, en el siglo XIX y desde buena parte de los siglos XVI, XVII y XVIII sólo existió con brillo en Europa la música de Italia y de los países germanos pero Italia se salva por la ‘i’ que parece ser mágica para su desarrollo musical. 4. Veamos pues el legado de la ‘i’ en la cultura mundial señalando que con Italia compiten solamente Rusia, con ‘i’ (Tchaikovski, Rimski, Moussorski, Stravinski); Hungría y Polonia (Sumanovski, Paderewski, Moszkowski): Verdi, Pucchini, Rossini, Donizzeti, Mascagni, Bellini, Monteverdi, Salieri, Vivaldi, Scarlatti (Alexandro y Domenico), Clementi, Tartini, Paganini, Respighi, Albinoni, Bocherinni, Bussoni, Geminiani, Carulli, Pergolesi, Wolf-Ferrari, Galuppi, Pasquini, Frescobaldi, Giuliani, Strazzi, Giacomelli, Galuppi, Rigatti. Broschi, Megli, Loti, Grandi, Bassani, Rossi, Cazzati, Allegri, Gabrielli (Andrea y Giovani), Puccini, (Doménico y Michele), Taglietti (Julio y Luigi), Manfredini, Ponchielli, Bononcini, Giordani, Cherubini, Negri, Picci, Lupi, Banchieri, Cariccimi, Torelli, Viracini, Bonsanti, Antoni, Sanmartini y diez o quince más.A nosotros también nos falta la ‘i’.