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Cosecha navideña

Desde hace algunos años, y después de muchos de no hacerlo, resolví...

29 de enero de 2012 Por: Carlos Lleras de la Fuente

Desde hace algunos años, y después de muchos de no hacerlo, resolví volver a escribir al Niño Dios- ahora por correo electrónico y con copia para mis hijos y nietos- especificando que aspiraría yo a recibir.Sobra explicar que los recipientes no se desgastan ni obsequian cosas inútiles, sino que con la generosidad que los caracteriza ayudan eficazmente al Divino Niño a cumplir su misión.Este año y para mi sorpresa, recibí una “ancheta” de libros y discos que contenía la respuesta a todas mis humildes peticiones, auncuando el espíritu de la carta se reducía a dar alternativas.Es así como ingresaron a mi discoteca las sinfonías de Elgar, el Réquiem de Duruflé, dos cuartetos de Borodin, una ñapa de mis nietos (Thelonious Monk, y Miles Davis en una maravillosa interpretación de Porgy and Bess y la Sinfonía Aysuna y la música para conjunto de vientos de Richard Strauss). A lo anterior y como ñapa también, varios DVD de música clásica, deliciosa.Y ¿los libros? La Biografía de Stefan Zweig de Lafaye quien peca por exceso de elogios y de interpretaciones subjetivas del gran escritor austriaco, varios de cuyos escritos leí en mi juventud y quien tuvo tan trágico final; la Nueva Gramática de la Lengua Española y la Ortografía, libros importantes que ojeo diariamente; Libertad, de Jonathan Franzen, considerada la novela norteamericana más importante de los últimos años; La Confesión, de John Greisham, uno de mis autores preferidos; Los asesinos del Emperador; unas 1200 páginas sobre Trajano, cuya biografía en edición para niños de Araluce, leí hace muchos años; El prisionero del cielo, de Ruiz Zafón, el excelente narrador que descubrí hace pocos años; los dos volúmenes de la Historia de la Vida privada en Colombia, título que hace irresistible el deseo de adquirirlos y La Gaviota, de Sandor Márai de quien se han publicado más novedades después de muerto de las que se conocieron durante su vida.No creo que sea pedante recomendar libros y yo lo hago de vez en cuando, especialmente si los he escogido con gran cuidado teniendo en cuenta las recomendaciones de la revista Arcadia y otras fuentes serias.Quiero agregar a la generosidad del Niño Dios la de Seguros Bolívar con la bellísima edición de uno de mis pintores contemporáneos preferidos, Pedro Ruíz; la de Cine Colombia con otra cuidada edición conmemorativa de sus 80 años, que ya leí pues es historia económica de la buena y la del Club Mercedes Benz (por cortesía de Marcali) que es otra bella edición. Tengo que agregar la que editó el Distrito con La Historia de la carrera 10, interesantísima.A este paso creo que tengo asegurado mis ratos libres hasta que muera; precisamente la Cosecha Navideña en libros hace que tenga a mi disposición para leer por primera vez unos 150 volúmenes, cantidad que crecerá durante el nuevo año y no sólo para reemplazar los 30 ó 40 que habré de leer.Como consecuencia de la bonanza y de mi imposibilidad de releer, he enviado a la red de bibliotecas públicas desde hace unos cuatro años, unos 600 volúmenes y seguiré haciéndolo no sólo por razones de espacio, sino para compartir dicha bonanza con los niños y adultos que visitan las bibliotecas de Bogotá.El disco de las entrevistas de Gloria Valencia de Castaño, que encabeza una de mi tía Isabel Lleras de Ospina, es otra pieza de colección que guardaré con las del archivo de la HJCK; bien por mi amigo Álvaro.