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Wilson Díaz

Es un activista como lo son Antonio Caro, José Alejandro Restrepo o...

18 de julio de 2014 Por: Carlos Jiménez

Es un activista como lo son Antonio Caro, José Alejandro Restrepo o Doris Salcedo, quienes con su arte traen a la luz pública injusticias y miserias que habitualmente ocultamos o pasamos por alto, creyendo que así eludimos mágicamente sus terribles efectos. Sólo que a diferencia de ellos su activismo ha sido siempre un activismo en equipo y animado siempre por la voluntad de sobrepasar los límites institucionales de la escena artística para proyectar al arte como modelo de conciencia y transformación sobre el resto de la sociedad. Su equipo se llama Helena Producciones -del que hoy forman parte Ana María Millán, Claudia Patricia Sarria-Macías, Gustavo Racines y Andrés Sandoval- y con el que ha hecho muchos proyectos importantes, entre ellos el Festival Internacional de Performance de Cali, que inició muy modestamente en 1997, en una antigua sala de billar y en compañía de Juan Mejía. Y que en 2012 obtuvo en Londres el premio Visible Award concedido por un jurado internacional integrado, entre otros, por Okwi Enwesor, Ute Meta Bauer y Michelangelo Pistoletto, que lo eligió entre cerca de 60 proyectos de la misma índole de todo el mundo.Otro de sus proyectos es la Escuela móvil de saberes y práctica social, entre cuyas realizaciones se cuenta el Taller Juanchaco, Ladrilleros y la Barra -tan fructífero como polémico- y la película Aguamálaga, referida a la bahía del mismo nombre.Es seguramente por estos antecedentes que el curador Pablo León de la Barra lo llamó a formar parte de la exposición colectiva Under the same Sun. Mapping Art in Latin America, abierta actualmente en el Museo Guggenheim de Nueva York, que ha recibido críticas elogiosas en el New York Times y el Wall Street Journal. De la Barra explicó -en unas declaraciones para Artishock- que con esta colectiva ha intentado remediar la ausencia en los fondos del museo del arte conceptual latinoamericano de los 60/70 del siglo pasado y en especial del conceptualismo politizado de los 80. Por lo que no me sorprende que haya elegido dos piezas de Wilson Díaz, suficientemente politizadas en el buen sentido.La primera es un díptico que en una parte muestra los nombres científico y colonial de la coca y en la otra los nombres en distintas lenguas indias de este prodigio vegetal. La segunda es este anunció luminoso de neón: Movement of Liberation of the Coca Plant. Movimiento del que quisiera hacer parte.

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