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Vuelta a casa

Óscar Murillo vuelve a casa. Pero no a la casa que fue de sus padres en La Paila antes de que ellos emigraran a Londres

28 de octubre de 2021 Por: Vicky Perea García

Óscar Murillo vuelve a casa. Pero no a la casa que fue de sus padres en La Paila antes de que ellos emigraran a Londres cuando él solo tenía 10 años de edad. Me refiero al lugar donde su trabajo artístico adquirió, por decirlo así, su mayoría de edad, los rasgos que lo caracterizan desde entonces y que han sido decisivos para que él se haya consolidado como uno de los artistas de más dilatada y exitosa carrera internacional.

Ese lugar son las salas del Museo de Arte de la Universidad Nacional de Bogotá donde realiza actualmente una contundente muestra de su obra titulada enigmáticamente Condiciones aún por titular. El mismo título de una intervención en el patio del Bait Al Serkal hecha en el marco de la Bienal de Sharjah de 2017. Este palacio fue la residencia del comisario para el Golfo Pérsico en la época del protectorado británico y en los años 60 del siglo pasado se convirtió en el primer hospital de Sharjah, uno de los más ricos emiratos árabes.

Murillo no se cortó un pelo a la hora de intervenir en ese espacio. Tapió parte de los vanos de las arcadas que lo rodean, cavó zanjas que podían ser tanto trincheras como tumbas abiertas, levantó una parte de los adoquines del pavimento dejando el suelo al descubierto y construyó andamios y camas de esqueletos metálicos, colgando en unos y extendiendo en otros lienzos de gran tamaño y mayoritariamente negros.

Y en la entrevista que concedió a Gerhard Haupt y Pat Binder, editores de Universe in universo, declaró que todos los elementos usados en esta ocasión los había utilizado por primera vez en la exposición Condiciones aún por titular, celebrada en 2014 en las mismas salas que ahora ocupa esta nueva muestra suya y con la misma curadora: María Belén Sáenz de Ibarra.

A partir de allí Murillo expuso en Cambridge, Londres, Madrid, Nueva York y Bakú y en Corea, China y Japón y participado en las bienales de Venecia, Liverpool, Sídney, Marrakech y la de Sharhaj desde luego. Para rematar: fue uno de los cuatro artistas que obtuvieron el Turner Prize de 2019. Un currículo impresionante para quien solo tiene 35 años.

En esta nueva entrega de su trabajo sumó, a las grandes telas tanto negras como pintadas con pinceladas y trazos virulentos, filas de bancas de iglesia que en la inauguración destrozó con un hacha, reduciéndolas a leña. Dio así una demostración adicional de cuán violenta suele ser su reacción ante la violencia de este mundo.

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