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Un real aniversario

Que Juan Carlos I -aparte de mujeriego y cazador impenitente- ha hecho una fortuna tan grande que mereció su inclusión en la lista Forbes, gracias a una cadena sin fin de negocios turbios.

5 de agosto de 2021 Por: Carlos Jiménez

Esta semana se celebró en España un polémico aniversario: se cumplió un año del exilio de rey Juan Carlos I en Abu Dabi. Exilio que ni siquiera reconocen como tal el heredero de su trono, el rey Felipe VI, ni la mayoría aplastante de la clase política y de la prensa del país.

Para todos ellos, Juan Carlos -que cedió la corona 2014- viajó hace un año a dicho emirato del golfo Pérsico por deseo y voluntad propias y no porque quería poner tierra y mar de por medio entre él y los gravísimos casos de corrupción en los que desde hace décadas ha estado implicado.
Y que no habrían salido a la luz pública en España si el resto de la prensa europea no hubiera informado de las investigaciones abiertas hace un par de años por un fiscal suizo en torno a la ‘donación’ de 100 millones dólares que la monarquía saudita hizo a Juan Carlos y que depositó a una sociedad off shore disfrazada de fundación radicada en dicho país.
Que poco después fueron transferidos a una cuenta en Panamá de Corinna Wittgenstein, de soltera Larsen, como ‘un regalo’ prueba del amor que aún le profesa quién fuera su amante durante muchos años.

Ambas operaciones serán todo lo desinteresadas que pretenden quienes las ordenaran, pero no por ello deja ser cierto que eludieron el pago de impuestos al que estaban obligadas por la legislación española y que las dos alimentan las suspicacias de quienes las atribuyen al pago de comisiones igualmente ilegales.

Estas informaciones obligaron a la Fiscalía y a la Hacienda Pública a abrir sendas investigaciones que, en realidad, poco o nada han avanzado si se las compara con las realizadas por Ernesto Ekaizer, un periodista independiente, que viene de publicar El rey al desnudo. Historia de un fraude, ejemplo soberbio de periodismo de investigación, que pone efectivamente al desnudo lo que desde mucho tiempo atrás era un secreto a voces. Que Juan Carlos I -aparte de mujeriego y cazador impenitente- ha hecho una fortuna tan grande que mereció su inclusión en la lista Forbes, gracias a una cadena sin fin de negocios turbios.

Porque si ahora se pregunta por la verdadera razón de la donación millonaria de los saudíes es porque Juan Carlos recibió, mediante cómplices y testaferros interpuestos, comisiones millonarias por compras de petróleo, ventas de armas, privatizaciones de empresas públicas y operaciones financieras fraudulentas, casi desde los comienzos de su reinado.

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