6024455000Imágenes de mujer
Esa realidad omnipresente y omnímoda ante cuyo poder de seducción palidece el de la pintura que, por muy atractiva visualmente que sea, está confinada en el espacio acotado del museo.
En Madrid coinciden actualmente dos exposiciones que son tan distintas entre sí como la imagen de la mujer que ofrecen. La primera se titula Pasiones mitológicas, se realiza en el Museo del Prado y reúne los seis cuadros que pintó Tiziano por encargo de Felipe II para una cámara palaciega, junto con 23 cuadros de maestros que como Poussin, Ribera o Rubens pintaron los mismos temas mitológicos que pintó Tiziano.
Temas entresacados de la Metamorfosis de Ovidio en los que las protagonistas son mujeres: Andrómeda, Europa, Calisto, Dánae y Diana, pintadas desnudas y con un desbordante erotismo a flor de piel para presumible satisfacción del voyerismo del monarca español, entonces joven e impetuoso. Pero en respuesta igualmente a su interés por la tradición clásica, representada en este caso por Ovidio, y muy coherente con el poderoso relanzamiento de la idea y la práctica del Imperio por su padre Carlos V y alimentada decisivamente por la conquista de América en curso. El Imperio español -regido entonces por Felipe II y en el que ‘no se ponía el sol’ desde la conquista de Filipinas- tenía como modelo al Imperio romano convertido de nuevo en fuente de inspiración para las clases dominantes europeas.
La exposición no ha sido del agrado de las feministas que critican esa clase de imagen de la mujer ofrecida como reclamo sexual y como víctima de historias mitológicas de raptos y violaciones que “han contribuido a que la violencia sexual parezca natural”. Cabe dudar sin embargo que estas pinturas, ciertamente extraordinarias, tengan dicho efecto perverso hoy, cuando las estructuras patriarcales acuñadas por el Imperio están siendo sometidas cotidianamente a crítica por el feminismo y cuando la perpetuación de la imagen de mujer como objeto a disposición de los hombres poderosos corre a cargo fundamentalmente de la publicidad. Esa realidad omnipresente y omnímoda ante cuyo poder de seducción palidece el de la pintura que, por muy atractiva visualmente que sea, está confinada en el espacio acotado del museo.
Aunque también la imagen publicitaria está a punto de cambiar. A juzgar por exposición que mencioné antes. Se titula Fire Talk whit Me, revisa el estado actual de la moda e incluye Amor Fati, un video de Sacha Barbin y Ryan Doubiago, en el que las opulentas y muy carnales mujeres pintadas por Tiziano o Rubens son reemplazadas por la imagen fantasmal de una mujer andrógina.
