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Frank Giustra

Para combatir el escepticismo de quienes todavía dudan que la gestión medioambiental...

20 de enero de 2012 Por: Carlos Jiménez

Para combatir el escepticismo de quienes todavía dudan que la gestión medioambiental del riquísimo ecosistema del Andén Pacifico pueda ser rentable hoy traigo a cuento el ejemplo del acuerdo suscrito esta semana por la multinacional Blue Pacific Assets (BPA) con Prima Colombia Hardwood (PCH), la empresa canadiense que está talando actualmente la selva en Playa de Huaca, en el Chocó. Según los términos del mismo -divulgados por Portafolio.com- BPA compra 60 millones de acciones ordinarias que Prima emite con el respaldo de “la posible adición de derechos por 31,5 millones de metros cúbicos de concesiones madereras que prevé obtener PCH y que representan 10 veces sus reservas actuales, que son de 3’121.720 metros cúbicos en una superficie de 44.596 hectáreas”. La clave de esta noticia está obviamente en el hecho de que PCH obtenga una inversión millonaria a partir básicamente de la multiplicación por 10 de la concesión maderera de la que ahora disfruta en Playa de Huaca y que aunque todavía no ha obtenido es ‘posible’ que obtenga. O sea que BPA invierte millones de dólares contando apenas con una posibilidad. Y si lo hace -me imagino- es porque confía plenamente en que quien está detrás de toda esta operación, que es el inversionista canadiense Frank Giustra, obtenga sin ningún problema esa jugosa ‘concesión’ de nuestro gobierno, tan dado a hacer las concesiones excesivas a los inversionistas extranjeros.Confianza con fundamento, además, porque no hay que olvidar que en 2006 el New York Times reveló en un artículo de investigación que en septiembre del 2005 Giustra había viajado con Bill Clinton a Kazajstán y obtenido en el curso del mismo un acuerdo inesperado para extraer uranio de las minas propiedad de la empresa pública Kazatomprom. Un acuerdo que, como comentó poco después la revista Forbes, “sorprendió a la industria minera ‘porque’ convirtió a una compañía desconocida y prácticamente sin activos en uno de los más grandes productores mundiales de uranio”. Una conversión a la que no fue ajeno el ex presidente Clinton, cuya fundación recibió un donativo de Giustra de 31,3 millones de dólares un mes después del fructífero viaje a la república centroasiática.Concluyo preguntando: ¿Por qué si Giustra obtiene millones con sólo la posibilidad de talar muchos más árboles de los que ya está talando, todavía dudamos de que los vallecaucanos podamos obtenerlos comprometiéndonos a no talarlos jamás?

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