Calentamiento global

La noticia de la semana es la decisión del presidente Donald Trump de retirar la firma de su país del Acuerdo sobre el cambio climático firmado en París en 2015. Es una prueba el poder de las multinacionales que se lucran desmedidamente con el negocio de los combustibles de origen fósil que consiguieron que Obama saboteara la Cumbre climática de Copenhague de 2009 y que de mala gana tuvieron que resignarse a que él diera marcha atrás y firmara en París el acuerdo que limita su omnipotencia. El mismo que ahora Trump denuncia. Para nuestra desgracia.

La noticia es mala para todos los habitantes de este atribulado planeta aunque no tenga demasiadas consecuencias prácticas en Colombia, donde los gobiernos -incluido el de Santos- no se han tomado nunca en serio la realidad del calentamiento global a juzgar, no por sus declaraciones de buenas intenciones ni el cínico desenfado con el que firmaron el Acuerdo de París, sino por lo que efectivamente han hecho para impedirlo. Aunque a Santos no se le ocurra ni siquiera plantearlo existe una relación evidente entre la irresponsabilidad con la que se han entregado los páramos a la gran minería y el Andén Pacífico a la industria maderera, y ese calentamiento global es el causante del ciclo de inundaciones y sequías catastróficas que estamos padeciendo. ¿O es que alguien cree que lo que hacemos los colombianos no tiene nada que ver con el cambio climático? ¿Que la destrucción de nuestros páramos, la tala despiadada de nuestras selvas y la deforestación salvaje de la cuencas de nuestros ríos no es nuestra punible contribución al sobre calentamiento del planeta? ¿Que descartar los Metros, degradar a límites insultantes el transporte público y privilegiar sin medida al automóvil privado no son responsables de las inundaciones y las sequías? Da la impresión de que nuestros mandantes creen que el cambio climático viene de París, como las cigüeñas con los bebés.

Y es sin embargo en París donde Emmanuel Macron, el nuevo presidente de Francia, ha dado la más contundente y oportuna respuesta a la criminal estupidez de Trump con un apasionado llamamiento urbi et orbi a que todos los investigadores, inventores y empresarios interesados en responder al desafío del cambio climático de América y del resto del mundo vayan a Francia. Que Francia está dispuesta a recibirles y a apoyarles. Francia: la tierra de los defensores del Planeta. ¡Chapeau!