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Autorretrato

En esa falta de ambición y en la cortedad de miras que juntas nos impiden ver más allá de las próximas elecciones. Morimos de sed al pie de un río caudaloso.

27 de octubre de 2022 Por: Carlos Jiménez

Hace un cuarto de siglo publiqué por primera vez esta columna y aprovecho su aniversario para recordar lo que ésta ha sido en todos estos años y lo que yo he sido durante los mismos.

En sus comienzos la dediqué prácticamente en exclusiva al arte, pero luego la amplié para incluir al cine y la literatura y en ocasiones a la arquitectura y junto con las críticas y comentarios de unas y otros comencé a hacer retratos o semblanzas de los protagonistas, los mismos, tantos los nuestros como los de afuera, los de otros países e inclusive otras culturas.

A partir de cierto momento decidí privilegiar a los artistas, las obras y las manifestaciones de las culturas de raíz afro, respondiendo al mismo duradero interés que me llevó a realizar en la Universidad del Valle el Salón Yemayá, una muestra de arte afro contemporáneo verdaderamente pionera en este país. Con el apoyo siempre entusiasta de Ruby Grisales logramos hacer cuatro ediciones antes de que finalmente cayera en el olvido.

A esta iniciativa le ha sobrevivido Afro Arte, un ciclo de conferencias sobre dicho arte que he ofrecido en tres oportunidades. En materia política he hecho alguna incursión en temas que me parecían insoslayables como lo fue la invasión de Irak ordenada por George W. Bush, en la que advertí tempranamente el inicio de un ciclo de guerras devastadoras que desde entonces no ha cesado de crecer.

Pero esta columna y alguna otra semejante resultaron episódicas si se comparan con las muchas que he dedicado a hacer propuestas como la Iniciativa ASA, un plan para el desarrollo sostenible del Andén Pacífico o, la más reciente, la del Ferrocarril Buenaventura/Barranquilla. Ambas pensadas para sacar a Cali de su duradero estancamiento y que sin embargo poca o ninguna mella han hecho en las rutinas ‘municipales y espesas’ que dominan nuestra vida pública. En esa falta de ambición y en la cortedad de miras que juntas nos impiden ver más allá de las próximas elecciones. Morimos de sed al pie de un río caudaloso.

Al tiempo que escribía esta columna he sido profesor de historia del arte en la Universidad del Valle y de estética en la Universidad Europea de Madrid y he publicado estos libros: el libro de poemas Travesía del ojo y los libros de ensayos sobre arte y cultura Extraños en el paraíso, La escena sin fin. El arte en la era de su big bang, El libro de las artistas y Darío Corbeira en la encrucijada de dos siglos.

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