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Ante la catástrofe

El huracán Sandy fue una auténtica catástrofe. Y no porque fuera el...

9 de noviembre de 2012 Por: Carlos Jiménez

El huracán Sandy fue una auténtica catástrofe. Y no porque fuera el peor de todos –de hecho el Katrina fue mucho peor– sino porque llegó más al norte de lo que ningún otro había llegado, afectando a regiones y ciudades que como Nueva York o Toronto jamás había sido tocadas por esta clase de perturbaciones atmosféricas. Pero no me interesa repasar aquí los datos que cuantifican en decenas de muertos y en miles de millones de dólares la devastación causada a lo largo de su recorrido sino llamar la atención sobre las actitudes e interpretaciones a las que dio lugar un suceso que debiera hacer aullar a todas las alarmas.La actitud más socorrida entre nosotros fue la de la fatal indiferencia: esa catástrofe ocurrió tan lejos que en realidad ni nos afectó ni nos va ni nos viene. Que si no fuera porque nuestros medios tienen como consigna destacar siempre lo que sucede en los Estados Unidos de América, desde el estreno de cualquier película hasta las elecciones presidenciales, ni nos habríamos dado cuenta.A nosotros lo único que nos debe preocupar, si es que en verdad nos preocupa, son las inundaciones y las sequías que efectivamente padecemos. Como si el clima del planeta entero pudiera dividirse en compartimentos estancos tan fácilmente como se dividen y enfrentan las naciones y como si lo que hacemos o dejamos de hacer cada día no tuviera nada que ver con el calentamiento global, el gravísimo problema que nos negamos a tener seriamente en cuenta.Al igual que los comentaristas que, ante el aterrador espectáculo de olas de tres o cuatro metros barriendo el Lower Manhattan, no encontraron otra explicación que la de que el paso de Sandy, había coincidido con la luna llena y la marea alta. Contra esta explicación tan tonta y a la vez tan ignorante, sólo cabe citar a los científicos especializados en el cambio climático. Como lo es Kevin Trenberth, el muy cauteloso director de análisis climático del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de USA, quien declaró a Univisión que los efectos del Sandy fueron entre 5% y 10% mas fuertes “debido al cambio climático”. Una variación que puede “parecer poca cosa” pero “que es un porcentaje tremendamente significativo porque representa el tanto adicional que, como la gota de agua que colma el vaso, hace que las consecuencias sean devastadoras”. Como las que tuvo Sandy, mientras nosotros nos alzábamos de hombros y seguíamos talando sin piedad la selva.

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