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SALUD

Trastorno mental por marihuana

La legalización puede disparar este grave trastorno.

18 de septiembre de 2019 Por: Carlos E. Climent

Las personas que han quedado enganchadas por el cannabis caen dentro de la clasificación de las enfermedades mentales (DSMV, 2013) donde se describe el “Trastorno Mental por Uso de Cannabis” y sus serias consecuencias. El diagnóstico se confirma cuando hay por lo menos dos de los siguientes síntomas:

1. Se utiliza cannabis en grandes cantidades y por períodos más largos de lo originalmente planeado.

2. Hay un deseo persistente y unos esfuerzos fallidos de disminuir o controlar el uso del cannabis.

3. Una gran cantidad de tiempo es empleado en las actividades necesarias para obtener el cannabis, usarlo o recuperarse de sus efectos.

4. Urgencia de usar el cannabis.

5. Irresponsabilidad en el cumplimiento de las obligaciones.

6. Persistencia en el uso del cannabis a pesar de los problemas sociales o interpersonales causados por sus efectos.

7. Una importante cantidad de actividades sociales, ocupacionales o recreacionales dejan de hacerse, o se reducen, debido al uso de la droga.

8. Uso del cannabis en situaciones donde es físicamente peligroso.

9. Uso continuado del cannabis a pesar de los trastornos probablemente debidos o agravados por la droga.

10. Evidencias de tolerancia a la droga.

11. Evidencias del fenómeno del retiramiento.

El entusiasmo por la legalización de la marihuana, representado en un incremento de las hectáreas sembradas, la proliferación de jugosos negocios y la gran expectativa de la gente por el alivio de una serie de dolencias médicas, han minimizado las consecuencias negativas de la medida sobre la salud en diversas poblaciones. Es el caso del vasto universo de los usuarios recreacionales y de los potenciales usuarios que aún no la han probado. Para todos ellos la legalización se quiera o no, y así la intención sea para propósitos médicos, lleva un mensaje de liberalización que puede interpretarse como un estímulo para el uso.

Pero el grupo que se siente más estimulado para utilizarla recreacionalmente y por ende el más perjudicado con esta medida, es el de los adictos ya establecidos. Sus integrantes son los defensores a ultranza del uso recreacional y, al mismo tiempo, los más escépticos acerca de los efectos destructivos del cannabis. Para ellos la medida significa un respaldo al consumo.

Todos los seres humanos a riesgo de incrementar el uso de esta droga por razón de la legalización, requieren escuchar de parte del Estado un comentario responsable de carácter educativo-preventivo claro reconociendo los peligros. En otras palabras, al tiempo que el Estado la promueve para el uso médico debe alertar, con el mismo grado de difusión a las poblaciones más susceptibles, sobre los cuidados que deben tener aquellos que confiadamente han ido relajando sus controles. De la misma forma que en la cajetilla de cigarrillos se lee “El tabaco es perjudicial para la salud”, podría anunciarse con relación al cannabis: “La marihuana es una droga potente que genera una adicción psicológica y fisiológica”. O “El uso recreacional de la marihuana puede tener graves consecuencias para la salud”.

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