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Padres egoístas

Una experiencia emocional devastadora es no haber contado, en la infancia, con...

20 de diciembre de 2014 Por: Carlos E. Climent

Una experiencia emocional devastadora es no haber contado, en la infancia, con el cariño sincero de unos padres, en especial del amor incondicional de la madre. Los padres en general son buenos y generosos, pero hay excepciones. En esta columna se describe el difícil proceso de aceptación de aquel a quien le tocó en suerte una madre egocéntrica. Algo que ocurre con cierta frecuencia y que el niño asustado no cuestiona jamás. Ya de adultos, tratan de disimular esa realidad a través de la sumisión y el silencio.Algunos amables lectores de ‘La Locura lúcida’ me hicieron saber que el capítulo correspondiente a los padres egoístas, les habían producido una notable desazón que solo empezó a ceder cuando se dieron cuenta que las emociones que sentían (idénticas a las descritas) podrían tener solución.Si bien se trata de un texto que aclara conceptos, llama a las cosas por su nombre y da herramientas para defenderse y eventualmente llevar a una vida más equilibrada, plantea que para superar el conflicto de convivencia con unos padres narcisistas es necesario aceptar esa realidad y vencer las resistencias al cambio. Pues librarse de una relación de dependencia enfermiza que lleva mucho tiempo, solo será posible si se tiene la determinación y la constancia para aplicar los correctivos necesarios.“Le voy a ser franca Dr. Climent” me dijo una paciente hace poco, “compré su libro ilusionada porque me sospechaba muchas cosas. Pero me tocó cerrarlo y no he podido volver a abrirlo, porque no puedo creer que haya vivido engañada toda mi vida”. “Para mí ha sido durísimo entender que mi mamá, que siempre habla de su desdicha, es una narcisista”. “Yo simplemente asumí que ella era una mujer a quien le había tocado muy duro en la vida y por eso siempre le perdoné su egoísmo”. “Además como mi papá la dejó cuando yo era muy pequeña, siempre viví convencida que hacerla feliz era mi responsabilidad y a eso me dediqué toda mi vida”.Para lograr una estabilidad fue necesario que ocurrieran varias cosas:*Entender que buena parte de sus 36 años de vida los había dedicado al servicio de una madre que siempre posó de víctima, calculadora, imposible de complacer y emocionalmente fría a pesar de su ridícula zalamería social.*Aceptar que siempre había tenido una actitud pasiva frente a la manipulación y el dominio de su madre. Reconocer que ella le producía mucho temor. *Comprender que como consecuencia de esa sumisión se había ido volviendo cada vez más insegura y temerosa.*Empezar a ponerle límite a los comportamientos inapropiados de su madre y darse cuenta que nada terrible pasaba, sino que por el contrario cada vez actuaba con más naturalidad y autoafirmación. Lo anterior significó un gran cambio en su vida familiar:*Fue capaz de contradecir a su progenitora sin sentir culpa.*Sus hermanas, que al comienzo la criticaban, empezaron a consultarle sobre la forma de manejar sus propios enfrentamientos con la mamá.*No abandonó a su madre, ni la dejó de querer.* Se convirtió en la líder de su familia.*No se volvió a sentir como la víctima impotente de la manipulación materna.

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