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SALUD MENTAL

Las manifestaciones neuropsiquiátricas en Covid-19

Las personas que han sobrevivido a esta virosis tienen dificultad para aceptar que sus secuelas son parte de la enfermedad.

3 de abril de 2021 Por: Carlos E. Climent

Ramiro, de 52 años, ha sido una persona saludable quien en noviembre del 2020 contrajo el Covid-19. No tuvo demasiados síntomas y cuando en diciembre lo dieron de alta pensó que ya había salido del problema. Pero va a completar tres meses de haberse “recuperado” y no ha vuelto a ser “el mismo de siempre”. Sufre de ataques de ansiedad, un decaimiento incapacitante y un insomnio pertinaz que no ha respondido a los hipnóticos.

Esta historia es relativamente común en la práctica clínica pues, con variantes en cada caso, esas y otras más, son secuelas neuropsiquiátricas de esta enfermedad.

De igual manera pueden presentarse: disminución del bienestar general, anosmia, dolor de cabeza, pérdida del gusto, confusión, pérdida de la memoria e incluso, estrés postraumático, cuadros psicóticos y delirium orgánico.

Toda esta sintomatología se agrava por los trastornos preexistentes, el estrés del aislamiento, las medidas restrictivas sanitarias, las limitaciones de todo tipo, las dificultades económicas y el creciente miedo a contagiarse. Hoy se sabe que no es el virus mismo, sino las consecuencias de las acciones defensivas desesperadas del propio sistema inmunitario ante el ataque viral, las que generan muchos de los daños orgánicos causantes de los síntomas.

Los responsables de sintomatología tan diversa no son solamente el proceso inflamatorio de las células sino las alteraciones que ocurren a nivel microvascular del cerebro y que pueden incluso conducir a un deterioro de la célula nerviosa. En ese sentido son reveladoras las investigaciones (1) realizadas con resonancia magnética nuclear en los cerebros de pacientes que habían muerto por esta enfermedad, que mostraron anormalidades representadas en puntos hiperintensos de daños microvasculares multifocales del cerebro y de los bulbos olfatorios SIN evidencia del virus. Estos mismos investigadores NO encontraron oclusión de estas arterias, como se había pensado originalmente, sino un adelgazamiento de las capas de los vasos sanguíneos congestionados que generan filtraciones y microhemorragias. Hallazgos que fueron confirmados gracias a sus correspondientes revisiones histopatológicas.

Este estudio es un ejemplo de la sofisticación científica requerida para dar respuesta a los muchos interrogantes. Solo el tiempo y un ejercicio profesional idóneo, libre de dogmatismos y de intereses económicos, un concienzudo análisis epidemiológico y una observación clínica cuidadosa, se encargarán de mostrar las respuestas más adecuadas para las muchísimas dudas que hay sobre esta enfermedad.

A Ramiro y a los miles de pacientes que salvaron su vida, hay que recordarles que:
*Sus síntomas son frecuentes y corresponden a secuelas del Covid-19.
*Pueden ser tratados.
*Se pueden presentar hasta varios meses después del cuadro agudo.
*Deben tener la paciencia para darle al organismo el tiempo a que se recupere.

(1) Lee, M., Nath, N. y col, Micro vascular injury in the brains of patients with COVID-19 New England Journal of Medicine (2021; 384: 481-483).

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