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Las enfermedades invisibles

Los trastornos mentales son una de las primeras causas de incapacidad, pero frecuentemente pasan desapercibidos.

15 de octubre de 2019 Por: Carlos E. Climent

Tradicionalmente la salud mental, al menos en Colombia, ha sido considerada como la cenicienta de la salud pública ya que los presupuestos siempre son insuficientes y las intervenciones terapéuticas, la gran mayoría de las veces, se quedan en el papel.

Algunas estadísticas tomadas del más reciente estudio sobre salud mental en Colombia (1) hablan por sí solas: 90% de las personas con algún trastorno mental no tienen acceso a ningún servicio de salud. 30% de los pacientes que llegan a los servicios de atención primaria, por supuestos problemas físicos, sufren de un trastorno mental que no es detectado por los radares del sistema de salud.

La depresión tiene una prevalencia de vida de 12.1%. Es decir, en Colombia una población del tamaño de Cali (2.4 millones de personas) sufre de depresión. Sin embargo, como se disfraza de síntomas somáticos, pasa desapercibida. Así se constituye en la causa de mayor discapacidad a nivel mundial y tiene al suicidio como su más grave consecuencia.

Cada 40 segundos alguien se suicida en el mundo. El suicidio, muchas veces evitable, es una de las tres primeras causas mundiales de muerte en el grupo de 15 a 44 años. El 37.6% de los adolescentes que ha planeado un suicidio ha hecho un intento suicida. En el 2020, 1.5 millones de muertes por año en el mundo entero, serán atribuidas a los suicidios.

El 27.2% de los pacientes con enfermedades físicas crónicas sufren de algún trastorno mental. Más del 75% de todos los costos en salud son atribuibles a las enfermedades crónicas. De ellas las más costosas para el sistema de salud son las cardiovasculares, el cáncer, los trastornos mentales y las afecciones pulmonares.

Para dar respuesta a las necesidades de estos pacientes es preciso:

*Educar a la comunidad y al personal institucional en temas de comportamiento humano.

*Reconocer y promocionar a la salud mental como una prioridad en salud pública, dando apoyo a las instituciones prestadoras de servicios de salud especialmente en los ámbitos escolares, laborales y comunitarios.

*Combatir los prejuicios y el estigma que existe al respecto de la enfermedad mental que son el resultado de la falta de sensibilidad y la desinformación.

*Proveer la asistencia a través de los servicios de atención primaria en salud, capacitando al personal de salud general para la identificación temprana de los casos a riesgo de sufrir un trastorno mental.
De lograrse lo anterior muchos pacientes, que de otra manera pasarían desapercibidos, podrían recibir un tratamiento oportuno. Lo cual evitaría perpetuar el abandono y el sufrimiento en el cual están sumidos una gran proporción de estos enfermos. Y así mejorar considerablemente la calidad de vida de muchísimas personas y sus familias.

Los beneficios económicos para el sistema de salud serían grandes pues se lograría una reducción notable en los costos de atención ya que los pacientes con trastornos mentales no diagnosticados saturan los programas de salud a todos los niveles.

(1) Gómez Restrepo, C. y col, Encuesta Nacional de Salud Mental, 2015

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