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SALUD MENTAL

Escuchar es el principio de la solución

El grito de la gente sometida a una gran injusticia por muchos años desnudó, como nunca antes, la grave problemática social.

22 de mayo de 2021 Por: Carlos E. Climent

La solución de tan profundo conflicto solo vendrá tranquilizando nuestros espíritus y resaltando que la pobreza y la inequidad son los problemas más grandes. Y mientras no nos concienticemos de que esos son los asuntos básicos, todos seguiremos siendo responsables, en alguna medida, del caos reinante.

La inmensa mayoría de la gente quiere la paz, marchó en paz y tuvo que gritar para hacerse escuchar. El grito fue contra la corrupción que lo abarca todo y que afecta en especial a una juventud que no se siente escuchada.

Ese grito es justo y no está contribuyendo al caos. Un grupo inmenso de ciudadanos que vive en la desesperanza está pidiendo justicia. Ese grupo no quiere la violencia, no quiere la guerra, no quiere a los manipuladores que pretenden lucrarse de la crisis, quiere trabajo y seguridad social, quiere un salario más justo y poder alimentar a sus hijos tres veces al día.
Para satisfacer necesidades tan básicas es preciso que toda la sociedad ponga. Y los que tienen más deben poner más. No hacerlo llama a la violencia.

El grito ensordecedor es el levantamiento espontáneo de todo un pueblo, mayoritariamente juvenil, que finalmente salió del silencio de muchos años de injusticias y está pidiendo ser escuchado.
La inmensa mayoría de los colombianos no está de acuerdo con la violencia, ni ha destruido la ciudad, ni quiere que el país caiga en un extremo o en otro, pues sabe que ambos son viciosos y destructivos. El caos lo crearon los pescadores en río revuelto y los estamentos corruptos del poder.

Los mal llamados vándalos son criminales de varias facciones que tienen la misión de destruir con fines anárquicos, políticos y económicos. Son una minoría financiada por fuerzas agazapadas, bien conocidas, que quieren la desestabilización de la sociedad. Para enfrentarlos se requiere de un estado fuerte pero justo.

Las propuestas de solución deben venir de un grupo de personas con un interés real en combatir la injusticia y la pobreza. Seres independientes, sensibles, pensantes, provenientes de todas las vertientes sociales y sin ambiciones económicas, burocráticas, ni políticas partidistas.
El comienzo de la solución está en:

*Escuchar, escuchar y escuchar. En psicoterapia esa es el arma más poderosa para ayudarle a una persona a salir de sus odios, de sus fantasmas, de sus miedos, de sus rabias y de su sensación de impotencia.

*La capacidad de cada cual, para tranquilizar sus propios demonios de odio, revancha y venganza.

*Hablar con los allegados de cada cual para ayudarlos a entender que el odio es el problema de fondo.

*Ayudar a tranquilizar a los demás, mostrándoles una realidad que no han querido ver.

*Salirse de las zonas de confort.

*Invitar a pequeños grupos a quienes se les pueda transmitir el mensaje constructivo de reconciliación como la única vía para salir de la crisis.
*Persistir en el largo camino del diálogo.

*Aprender a relacionarse (especialmente) con aquel que no está de acuerdo con nuestras ideas.

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