El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

Instantáneas

La Constitución es el vademécum de la democracia; ahí figuran todos los remedios para aliviar nuestros males pero muchos ya están chiviados, vencidos o descontinuados.

19 de noviembre de 2017 Por: Carlos Duque

Anoche oí un ruido en la cocina, me levanté y con mucho sigilo me asomé; era yo.

Progreso es todo lo bueno que le sucede a Bogotá mientras nos dedicamos a revocar a Peñalosa.

El ‘vos’ es a los caleños lo que el ‘tú’ a los costeños.

Esa rara sensación cuando alguien me tutea sin ser amigo, conocido costeño.

Para las mujeres el acoso es un #MeToo y para los hombres un mito.

Al que no quiere caldo de cultivo le dan dos tazas.

Los principios éticos se tienen o no se tienen.

La Constitución es el vademécum de la democracia; ahí figuran todos los remedios para aliviar nuestros males pero muchos ya están chiviados, vencidos o descontinuados.

Como dijo el político bandido: -Acato la Constitución, pero no la comparto.

Me piensas, luego existo.

Me mantengo en los 140 caracteres porque soy un hombre de pocas palabras.

La clave está en indagar no en descifrar el misterio; lo vital es la trama no el desenlace. La verdad está en la pregunta no en la respuesta.

Cuando alguien dice en los medios que en tal asunto “hay avances significativos” significa que la cosa está en nada.

Sigue en Twitter @_carlosduque