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¿Quién tiene hambre?

Ataque de hambre seguramente nos ha dado a todos y con relativa frecuencia.

7 de noviembre de 2019 Por: Carlina Toledo Patterson

Ataque de hambre seguramente nos ha dado a todos y con relativa frecuencia. A algunos hasta nos da con un rugido de tripas poco discreto y bastante vergonzoso. Pero la solución al problema generalmente está a unos pasos o a un Rappi de distancia, de manera que se soluciona facilito y al gusto de cada cual. En últimas, malnutridos no estamos.

Lo triste es que eso no sucede con más personas de las que uno cree. Según el Global Report on Food Crisis de Naciones Unidas, en 2018 más de 115 millones de personas en 53 países sufrieron de hambre aguda y ellos requieren de asistencia urgente en alimentación y nutrición. Entretanto, en otros países desperdiciamos y botamos comida como si no fuese algo de un incalculable valor.

En el último par de meses dos eventos globales me han demostrado que la Naciones Unidas y la FAO no están solas en su preocupación con el tema del hambre y que también hay quienes le están parando bolas al desperdicio, ejecutando para generar cambio con el uso de la tecnología.

En los dos eventos -Global Agripreneurs Summit y PMA Fresh Produce Summit- fue una constante la discusión en torno a cómo producir alimentos de la mayor calidad -y en esto influyen desde luego factores como clima, suelo, precipitación, semillas, entre otros- y cómo evitar el desperdicio de alimentos una vez cosechados y en las distintas fases de comercialización.

Dos propuestas que vi me impresionaron por lo revolucionarias e innovadoras, y evidentemente por su capacidad de generar cambio.

La primera de ellas se llama Intello Labs y es una startup creada en India por Devendra Chandani y su equipo. Ellos desarrollaron una plataforma tecnológica que contribuye a monitorear la cosecha y evitar el desperdicio desde la fuente misma. Según las cifras que presentó Chandani en su pitch, una tercera parte de lo que producen los países se desperdicia por manejos inadecuados desde el primer eslabón de la cadena de suministro. Es decir, se despacha lo que no es a quien no es.

Intello Labs desarrolló una tecnología a través de la cual el productor puede tomar una foto de su cosecha en el punto de distribución y la plataforma analiza de inmediato el estado de madurez de cada unidad. Por lo tanto, si estamos hablando por ejemplo de tomates, las más maduras se envían a quienes producen salsas de tomate, las maduras a restaurantes y las verdes a los supermercados. Así, llega el alimento de la calidad correcta a la organización correcta. En Intello Labs calculan que con esto se reducen costos de los compradores hasta en un 15%. Actualmente trabajan con su innovación en Walmart China.

Por otra parte, la Universidad de Wageningen en Holanda desarrollo la app Too Good To Go, la cual permite a los usuarios comprar una caja mágica con productos que de otra manera hubieran sido desechados por los supermercados. En la caja se incluye pan, productos lácteos, verduras, frutas y comidas listas para consumir, que todavía tienen varios días de uso, pero que ya no se pueden mantener en tiendas. En Europa la app tiene 17 millones de usuarios en 13 países.

El desperdicio en general es un tema que se está abordando desde muchos frentes. En el caso particular de los alimentos, evitarlo es un imperativo, pero hacerlos llegar a quienes más lo necesitan es el gran reto. Al ver lo que la tecnología está logrando, no me cabe la menor duda que ella logrará superar los obstáculos y pronto entregará alimentos a quienes lo necesitan en los países con hambre.

Sigue en Twitter @CarlinaToledoP