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Movilidad… ¡Ja ja!

Una de las formas más sencillas de conocer la realidad del tema de movilidad en Cali es hacer el intento de transitar por ella con fluidez.

11 de octubre de 2018 Por: Carlina Toledo Patterson

Una de las formas más sencillas de conocer la realidad del tema de movilidad en Cali es hacer el intento de transitar por ella con fluidez. Tarea utópica esa, porque claramente no se logra.

Lo evidente para quienes vamos de un lado al otro a diario es que al respecto de la movilidad se dan tumbos en las decisiones, hay improvisación y en realidad no hay una estrategia de ciudad. Hacen y repiten diagnósticos, estudios y análisis cuando la verdad es que el simple uso del sentido común y la aplicación de medidas que ya existen bastarían para generar el cambio.

Y vamos al grano. En lo que va de 2018, han ocurrido 838 siniestros con peatones, 103 de ellos han muerto, lo cual es un incremento del 13 % en comparación con el mismo periodo del año pasado. A raíz de ello se está analizando la posibilidad de reducir la velocidad a 30 kilómetros por hora en algunos puntos críticos. Cosa que me resulta una medida bastante absurda, a menos que fuera en zonas escolares y por lo que veo en los top 10 de puntos críticos, no es allí donde se contempla.

En un artículo al respecto que publicó este diario el martes pasado también se informa que los incidentes con peatones se han reducido de año a año (de 891 a 838), sin embargo como vimos en las cifras de muertes, la gravedad ha aumentado y los factores son varios.

Hay más motos y transitan literalmente por donde les da la gana. Durante la anterior administración se delimitaron zonas para la circulación de estos vehículos, se comenzó a tratar de culturizar a las personas que su lugar en el esquema de movilidad es a la derecha, se invirtió en letreros. No se dio continuidad a la iniciativa y los motociclistas se tomaron las calles, muchos de ellos no saben ni manejar esos aparatos, mucho menos las normas que los rigen y consecuentemente se convierten en armas letales para peatones. El tema es que la gente recurre a las motos porque el sistema de transporte público no se adecúa a sus necesidades o porque es la opción más fácil.

Con respecto a los peatones, es claro que nuestra ciudad no está pensada para ser caminable. La infraestructura es inexistente o inadecuada. Si existe en muchos lugares es a medias porque está desbaratada. A lo anterior se agrega que también hay zonas en las cuales es imposible caminar por simple falta de mantenimiento a las zonas verdes. El cúmulo de estos hechos evidentemente entorpece la fluidez en el tránsito peatonal y aumenta el riesgo de accidentalidad, porque prácticamente se les está empujando a que usen la calle como andén.

A la falta de infraestructura se suma la falta de cultura y eso sí que es rampante. Los conductores poco saben o entienden de la importancia de dar vía a los peatones, una norma que es internacional y de simple buena educación. Los peatones por su parte creen que tienen corazas de acero y se pueden meter por donde hallen un huequito. Además no respetan las señales en los semáforos, las cebras son un adorno y los puentes peatonales una pereza.

En últimas, me río de la propuesta de reducción de velocidad en zonas críticas porque eso es como regalar el sofá en el cual la pareja fue infiel para que deje de serlo. La solución a la accidentalidad con peatones está debajo de nuestras narices y solo requiere sentido común. Organicen a los motociclistas, habiliten la infraestructura para peatones y enséñenles a ellos y a los conductores cuáles son sus derechos y deberes. Así sí nos movemos seguros.

Sigue en Twitter @CarlinaToledoP