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La paz de Póker

Pueda que Póker no llegue al punto de tener su propia cuenta en redes sociales, ni viajar durante las vacaciones con nosotros y menos consumir alimentos orgánicos y beber cerveza para perros, pero lo que sí es claro...

29 de agosto de 2019 Por: Carlina Toledo Patterson

Hace unos días, estando en pleno trasteo de una ciudad a otra se me saltó la chispa como hacía muchísimos años no me pasaba. La causa fue la demora en la llegada del camión que llevaba todas nuestras pertenencias y las repetidas mentiras del representante de la Compañía encargada. En la casa, quienes estaban presentes en ese momento, sabiamente pagaban escondedero. Todos menos uno. Él está registrado como Póker Dangond Toledo y es un Dachshund, más conocido como perro salchicha.

Pues el valiente Póker, quien mientras escribo esta columna está acostado a mis pies, resultó siendo el que logró calmarme. Durante la discusión que sostenía, me miraba fijamente, ya cuando colgué el teléfono y me senté a respirar profundo, saltó sobre mis piernas y ahí se quedó inmóvil, respirando, mirándome. La paz que ese animalito me dio en ese momento que tanto lo necesitaba fue algo que francamente nunca había vivido.

A lo que esto me ha llevado en las últimas semanas que nuestra convivencia con los perros ha cambiado y ya estamos junto a ellos 24/7, es a entender (y respetar) ese amor obsesivo que algunas personas profesan por sus mascotas. También me tiene aterrada la inmensa oferta de artículos y servicios para perros y gatos, de la cual ya soy fiel compradora.

Un informe de Euromonitor sobre las principales tendencias globales de consumo de 2019 dice que “Una dieta basada en vegetales y la preocupación por el bienestar animal es parte de la tendencia más grande hacia un estilo de vida saludable y ético que da forma a las opciones de los consumidores conscientes de hoy”. Cada vez más las personas decidimos tener la compañía de una mascota, ya sea porque nos envejecemos, los hijos empiezan a irse (o no hay hijos) y esa soledad y silencio puede chiflar; o porque los matrimonios son más tardíos y de todas maneras los seres humanos buscamos estar acompañados.

Lo obvio es que si decidimos tener mascotas, las queremos y debemos tener bien. Claramente a eso hay que invertirle una platica.
Concentrados, comida húmeda, snacks, helados, brownies, huesos y hasta gomitas son parte de la oferta alimenticia. Pañitos húmedos, champú para todo tipo y color de pelo, acondicionadores, jabones, sprays para el mal olor, enjuagues bucales, cepillos de dientes y líquidos anti pulgas son parte de la gama de artículos de aseo. Bolsas biodegradables para recoger popó, termos de agua, collares, placas, platos y cepillo de pelo son fundamentales para el día a día. Suéteres, chalecos, chaquetas impermeables, toallas, cobijas, camas y hasta disfraces se consiguen para su ajuar; y entre los servicios más usados está el de clínica veterinaria, estética, entrenadores, caminadores, guarderías y hoteles, celebraciones de cumpleaños y seguros médicos.
Portafolio publicó recientemente que “Nada más el valor del mercado de alimentos y productos para estos animales ha crecido 84,9% en los últimos cinco años… el estimado que se tiene para 2019 es de US$3,5 billones” (Euromonitor).

El hecho es que las mascotas de hoy en día tienen una vida y cuidados que antes no tenían y están cada día más humanizados. Hasta la legislación con respecto a ellos está cambiando y son sujetos de derechos, lo cual está bien.

Pueda que Póker no llegue al punto de tener su propia cuenta en redes sociales, ni viajar durante las vacaciones con nosotros y menos consumir alimentos orgánicos y beber cerveza para perros, pero lo que sí es claro es que lo necesitamos a él, nos da paz, nos alegra la vida y ese intangible que no es parte del mercado comercial, vale todo el oro del mundo.

Sigue en Twitter @CarlinaToledoP