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ABC y Aritmética

¡Qué sinsabor dejaron las dos convenciones en las cuales se nominaron los...

14 de septiembre de 2012 Por: Carlina Toledo Patterson

¡Qué sinsabor dejaron las dos convenciones en las cuales se nominaron los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos! Aunque bien sabemos que en esos eventos abunda el show, hay quienes esperamos más de ellas fuera de vítores, sonrisas, aplausos y bombas de colores. Queremos sustancia y en ninguno de los discursos de los dos candidatos y sus respectivos vicepresidentes lo hubo. En conclusión, hemos podido quedar en las mismas sino fuera por un detalle de marca mayor... Bill Clinton. El carismático dos veces mandatario pronunció un discurso que hará historia en la política estadounidense y suministró a los electores la herramienta principal que les faltaba para decidir su voto: Sustancia. Durante los 50 minutos que duró su intervención, Clinton llevó a la audiencia por todos los estados de ánimo posibles. Su sola presencia en el escenario acompañado por la canción roquera de Fleetwood Mac Don´t stop thinking about tomorrow (No dejes de pensar en el mañana) de fondo, nos sacó del letargo y ligera depresión en la cual quedamos después de la Convención Republicana de la semana anterior en Tampa. Mucho influenció también ver el recinto en Carolina del Norte lleno a reventar de gente de verdad, personas de carne y hueso representando todas las razas, nacionalidades y religiones, y esa diversidad estaba llena de color y vida. El contraste frente a lo visto en Tampa fue muy evidente porque los republicanos parecían todos cortados con la misma tijera. Platitude como dicen los franceses, en su máxima expresión.Clinton con su salida triunfal puso al país en el camino al futuro a través de una férrea defensa del presidente Obama y su gestión de los últimos 4 años. Enfatizó en el hecho de que todos quienes estaban allí presentes eran hechos a pulso y conformaban esa clase media fuerte donde se encontraban las oportunidades reales. Habló en repetidas ocasiones del esfuerzo colectivo que demandaba sacar adelante al país y cómo eso era responsabilidad de todos. En términos de hechos y datos acabó con el Partido Republicano, sus candidatos y congresistas y los acusó de no saber las reglas más sencillas de la aritmética. Dejó una sensación de traición porque insinuó que buscan legislar en beneficio propio y de los suyos, no luchan por el bien común a través de su gestión y las cifras las manejan a su antojo.También puso sobre la mesa la idea de que el gobierno de George W. Bush fue tan catastrófico para la economía del país, que en tan solo cuatro años era imposible recuperarlo. En ese sentido ripostó a quienes cuestionan la supuesta falta de gestión de Obama y desmenuzó uno por uno los puntos que esgrimen, para dejar claridad al respecto.Bill Clinton le dio a la contienda electoral la sustancia que necesitaba: abordó los temas clave para el país como lo son educación, ciencia y tecnología, inmigración y fuentes de energía. Con ello definió lo que él llamó el nuevo sueño americano, el sueño del Siglo XXI. Al afirmar que la democracia no es un juego de sangre, demostró la voluntad de cooperación constructiva que tiene su partido, al estilo de lo que se promueve en la actualidad en algunos colegios y se llama Always Building Community ABC (siempre construyendo comunidad). De manera que entre los principios básicos del ABC y la aritmética, ¿qué queda? Infortunadamente no será un tercer periodo de Bill Clinton. Esperemos que su inspiración guíe a Obama porque en manos de una derecha extrema las perspectivas no son buenas.