Cali se lucirá en la COP16

La Cumbre de la Tierra realizada en 1992, en Río de Janeiro, justo cuando en el Congreso de Colombia discutíamos el proyecto de ley para crear el Ministerio del Medio Ambiente, fue fundamental para aumentar la conciencia ambiental mundial. Desde esa reunión, los gobiernos impulsaron acuerdos para frenar tres alteraciones que amenazan al Planeta y a la vida y que se plasmaron en los tratados sobre el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación que, si bien son obligatorios para los países, han tenido serios retos en su aplicación.

Las Conferencias de las Partes (COP) son las reuniones oficiales en la que los Estados que firmaron esos tratados verifican su cumplimiento. La COP sobre Cambio Climático, por ejemplo, se realiza desde que entró en vigor la Convención Marco de la ONU sobre el tema y congrega anualmente a unos 200 países que buscan mitigar el calentamiento de la tierra. Berlín realizó la primera de estas COP en 1995, y en 2015, durante la COP de París se adoptó el Acuerdo para mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 o C, preferiblemente en no más de 1,5 o C. De igual manera, allí se acordó buscar un equilibrio de emisiones cero en la segunda mitad de este siglo.

Por su parte, la COP sobre la Desertificación se convoca cada dos años, y su Convención busca mitigar los efectos de la sequía de los países, en especial de África. En 1997 se llevó a cabo en Roma la primera COP sobre el tema.

La COP sobre Biodiversidad, para la que Cali ha sido elegida sede en 2024, se lleva a cabo cada dos años para avanzar en la aplicación del Convenio sobre Diversidad Biológica de la ONU, cuya meta es conservar la variedad de seres vivos y garantizar su sostenibilidad. Asimismo, mantener la distribución de los recursos genéticos, cimientos de la vida en la Tierra. El primer encuentro se dio en Nassau en 1994. El más reciente (2022) tuvo lugar en dos ciudades (Kunming, China, y Montreal, Canadá) y allí se definió un programa para que en 2030 al menos el 30% de las zonas terrestres, marinas y costeras sean declaradas reservas, y para que al menos el 30% de los ecosistemas desgastados estén en restauración.

La COP 16 se realizará en Cali del 21 de octubre al 1 de noviembre de este año, y se esperan más de 12.000 visitantes, incluidos delegados de los 196 países firmantes del Convenio, instituciones multilaterales y organizaciones no gubernamentales. Esta COP debe impulsar el cumplimiento del Marco Kunming-Montreal, y verificar los avances en dos Protocolos adicionales: el que se firmó en 2000 sobre Bioseguridad, y el de 2010 sobre el acceso y distribución justa de beneficios por el uso de los recursos genéticos de la biodiversidad.

Es trascendental para nuestra ciudad poder contarle al mundo que Colombia es el país más biodiverso por kilómetro cuadrado, con 311 tipos de ecosistemas continentales y marinos y el 53% del territorio cubierto por variedad de bosques. Igualmente, es importante que los participantes conozcan que nuestra región del Pacífico atesora más de 200 áreas protegidas, 11 parques naturales de 51.000 km2 de biodiversidad, es morada de al menos 1.297 especies de fauna (contando solo mamíferos, aves, reptiles y anfibios) y 14.000 tipos de plantas, y es piedra angular del equilibrio ecológico en nuestro planeta.

Los ojos del mundo estarán concentrados en nuestra hermosa ciudad, sus atractivos turísticos, sus gentes, su hospitalidad, su cultura y su gastronomía. Pero más allá de esto, nuestra ciudad será escenario de debates rigurosos. La COP16 organizada con lujo de detalles puede ser una coyuntura decisiva para resaltar, desde uno de los países megadiversos del mundo, la importancia de preservar la variedad de los recursos vivos para tener un futuro sostenible, lo que incluye el compromiso de los Gobiernos de movilizar los recursos financieros y la cooperación por parte de países desarrollados para este fin. La COP16 ofrece a Cali también una extraordinaria oportunidad para mostrar que la ciudad de los siete ríos está siempre dispuesta a asumir grandes retos con alegría, optimismo y vitalidad.