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Una ciudad con sentido

Que en medio siglo ningún proyecto para ese espacio se llevara a cabo llevó a su análisis crítico y transdisciplinar para plantear una nueva propuesta.

24 de octubre de 2018 Por: Benjamin Barney Caldas

El muy rápido crecimiento poblacional y la incontrolada extensión territorial de Cali, junto con el trastorno climático, un eventual terremoto o la rotura del jarillón del río Cauca o los dos juntos, la escasez de agua potable ante una demanda creciente, la contaminación del medio ambiente, la alteración del paisaje natural y muchísimo más la de su imagen urbana, la inseguridad y corrupción de todo tipo en todas partes, y el mal comportamiento, uso y movilidad en el espacio urbano público, sin duda amenazan la posibilidad de un mejor futuro para esta ciudad ya casi sin pasado.

De ahí que aprovechar el muy amplio espacio de propiedad pública entre las calles 25 y 26 a lo largo de la línea férrea que cruza la ciudad a todo su largo y que a su vez se considere el relieve, hidrografía, clima y su historia regional, sería parte de una visión de una ciudad con sentido para enfrentar dichas amenazas, pero igualmente a sus realidades económicas, sociales y culturales de mayor actualidad especialmente teniendo en cuenta que aquí cambian mucho y muy rápidamente, al punto que los censos, por ejemplo, cuando se acaban ya suelen estar obsoletos o anticuados.

Se trata de establecer, utilizando los tres millones de m² de ese espacio, un nuevo eje urbano y regional que integre lo urbano, arquitectónico y paisajístico y no solamente lo vial, lo que sería de gran impacto en el crecimiento de Cali y conformaría, con lo económico, social y cultural, una pertinente política urbana compartida por muchos ciudadanos, buscando una mayor calidad de vida al darle un sentido a la ciudad, y por consiguiente unas bases más objetivas para una mejor selección de sus futuras administraciones a partir de su serio y confiable compromiso con dicha visión.

Que en medio siglo ningún proyecto para ese espacio se llevara a cabo llevó a su análisis crítico y transdisciplinar para plantear una nueva propuesta que además incluyera los usos del suelo, índices de ocupación y construcción, aislamientos y alturas de las manzanas aledañas. Se estudió el tren ligero, a partir del trabajo de Sonia Villamizar; la infraestructura férrea en Cali y vecinos con Fernando Garcés; la Autopista Bicentenario con Germán Arboleda; el Corredor Verde con María Constanza Saade; y algunos proyectos académicos con Marcela Falla de la San Buenaventura de Cali.

Finalmente lo que se propone es elaborar un plan maestro de largo plazo, pero con revisiones periódicas, para establecer un nuevo eje urbano y regional para Cali que después permita planes y proyectos puntuales pero sin que se excluyan unos a otros y considerando sus prioridades en el tiempo y en el espacio. Lo mismo que facilitar desde su inicio la arborización a todo su largo, como también impedir que sigan haciendo en él, o cerca, intervenciones equivocadas, o que continúe siendo invadido. Para más información ver.

Es la propuesta de un grupo de profesionales interesados en el tema convocado por el ingeniero Víctor Concha y respaldado por la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali, a la que pertenecen algunos de sus miembros, y conformado por el arquitecto y economista Julián Velasco, consultor local, nacional e internacional, Melanie Jara doctora en urbanismo, y los arquitectos Juan Carlos Ponce de León exdirector de Planeación Municipal, Óscar Mendoza y Benjamín Barney autores del Plan del Centro Global solicitado por aquel, y Cesar Cerón y Sara Lozano asistentes universitarios.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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