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Sustentar lo sostenible

Lograr que el aire acondicionado, indispensable en ciertos espacios cerrados como una...

7 de enero de 2016 Por: Benjamin Barney Caldas

Lograr que el aire acondicionado, indispensable en ciertos espacios cerrados como una sala de cine, consuma menos energía, es sin duda un aporte a la sostenibilidad, igual que una nevera que logre lo mismo. Pero no lo es tratándose de una vivienda para el valle del río Cauca con su generalmente agradable clima tropical cálido-medio a lo largo de todo el año, cuya climatización puede ser toda pasiva.Más el uso de energía solar para el aire acondicionado fue lo que se premió en el Solar Decathlon 2015 a partir de una visión enfocada desde la ingeniería y no una más amplia desde la arquitectura, que es por cierto indesligable de todos los rubros de ingeniería ligados a un proyecto, tal como afirma el reconocido arquitecto peruano Frederick Cooper y jurado del concurso. “Por lo general, las estructuras y su constructividad han sido concebidas ajenas a la composición arquitectónica” concluyó.De la relación de clima, paisaje y tradiciones de la que hablo Le Corbusier (Oeuvre complete 1938-46, 1955) y a la que aquí hay que agregar el relieve, al parecer muchos jurados -no todos- sólo vieron el clima, pero nada del paisaje y o las tradiciones. Sumando puntos premiaron una vivienda que es como un acuario en la que no pasa la brisa fresca que baja de la cordillera, en la que el frío del amanecer no se siente y en la que al caluroso medio día ya no hay un razón para hacer una corta siesta en una amplia hamaca.Como dice Cooper, puesto que el lugar elegido es Cali, las propuestas debieran haberse ceñido a dichas circunstancias, pero la mayor parte de los diseños no parecen haber ajustado los aspectos estructurales y constructivos de sus propuestas a las condiciones socioeconómicas latinoamericanas de los estratos sociales a quienes debe servir este proyecto. Y por lo demás se presentaron como viviendas unifamiliares y no como componentes de edificios multifamiliares.Y respecto al uso eficiente del agua, el manejo del sistema solar térmico, o los aspectos sísmicos, si bien muchos proyectos aportan soluciones ingeniosas, suponen unas complejidades que es poco probable que los usuarios de estas viviendas estén en condiciones de manipular o mantener. Aspectos que también señalo el arquitecto austriaco Georg Reinberg, conocedor del tema y también jurado.No podía ser de otra manera comenzando por ignorar lo ya adelantado hace ya medio siglo por Victor Olgyay (Hungría 1910-1970) uno de los iniciadores y más importantes pioneros internacionales en el tema, en Clima y Arquitectura en Colombia, 1968, precisamente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Valle, sede del Solar Decathlon 2015 y del anunciado para 2017.Pero igualmente no se consideró para nada la ya larga tradición local de una arquitectura preocupada por el clima y los paisajes de la región, desde la colonial y de tradición colonial a la moderna de mediados del Siglo XX y hasta alguna ya de inicios del XXI, poca es cierto pero consistente con el tema, y cuya sostenibilidad se puede sustentar y no apenas por su temperatura.Ni tampoco se invitó a los arquitectos que aquí han trabajado alrededor de lo sostenible desde hace años. Y lo dicho por la prensa no ha pasado de tratar el Decathlon como si fuera otro reinado de belleza o una noticia de moda, esta vez de la moda ‘verde’ importada.“Es el trópico” habría dicho sonriendo Edgardo Patiño Barney, primo de quien escribe y él también bastante escéptico.

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