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Reflexionemos

La pandemia hizo olvidar lo del cambio climático, y el paro a la pandemia

19 de mayo de 2021 Por: Benjamin Barney Caldas

Fue torpe dar un motivo para el paro, y realizarlo en plena pandemia, irresponsable permitirlo y decepcionante que no hayan podido controlarlo, de lo que se aprovecharon el narcotráfico, la subversión, la delincuencia común y el terrorismo, y terminó siendo muy costoso para todos. Pero por supuesto esta situación anárquica se debe a hechos comprobables, interrelacionados y simultáneos; incluyendo el extremismo y la corrupción, en la política; la desigualdad y la falta de trabajo, en lo económico; la discriminación de género, étnica y de clase, en lo social; la deficiente educación a todo nivel, en lo cultural; y la sobrepoblación concentrada en las grandes ciudades, en lo urbano.

Pero desde luego que hay que judicializar a los responsables,
intelectuales y directos, tanto de los actos de violencia, vandalismo y bloqueo de vías, y también a los autores de amenazas y noticias falsas, sin comprobación o acomodadas, aquí y en el exterior, y a los excesos de la Policía que se hayan dado. Y, de cara al futuro, hay que lograr pronto una mejor educación para las niñas y niños y los jóvenes, la mayoría de ellos desconocedores del ser humano en tanto especie, de su historia en el planeta y del papel en ella de su geografía; y de otro lado destacar el buen ejemplo de esos muchos ciudadanos que pacíficamente protestaron contra los bloqueos, el vandalismo y la violencia.

La pandemia hizo olvidar lo del cambio climático, y el paro a la pandemia, y ahora toca enfrentar los tres problemas juntos en las ciudades. Como ya lo dijo hace años Lewis Mumford, la ciudad y la lengua son las creaciones más importante del hombre (“La cultura de las ciudades”, 1938) y en todas el espacio urbano y el ambiental, cultural, social, económico y político son del todo inseparables. Lo que no ven tantas personas y autoridades que se concentran en un punto y no miran lo que hay atrás, adelante, a un lado o al otro, abajo o arriba, típico de tantos especialistas y expertos que no saben qué es lo que no saben, según los define Nassim Nicholas Taleb (“El Cisne Negro”, 2007).

Y los que no reflexionan son los mismos que no votan, y que se limitan al alarmismo, y de ahí la necesidad de dar a conocer las ideas existentes sobre los temas aludidos y, desde luego, algunos otros pocos más. Así, las próximas elecciones serían la oportunidad de iniciar una decisión colectiva respecto al futuro del país, pero es ineludible que todos voten, así sea en blanco, lo que permitiría encontrar nuevos candidatos, y no que se abstengan. Pero primero es necesario señalar y destacar sus diversas propuestas, como su idoneidad para sacarlas adelante; tanto los candidatos a la presidencia como a las gobernaciones y alcaldías, al congreso, las asambleas y los concejos municipales.

Entender que la política es el gobierno del Estado, que la economía es la administración eficaz de los bienes; que lo social es lo perteneciente o relativo a toda la sociedad; que educar no es solo instruir; que una cultura es el conjunto de los modos de vida, costumbres, conocimientos y desarrollo artístico y científico en una época o de un grupo social, más su lengua; que sobrepoblación es el exceso de individuos de una especie en un espacio determinado; y que lo urbano es aquello perteneciente a la ciudad o relativo a ella, es decir todo lo anterior, pero que en Colombia desconocen tantos alcaldes elegidos por una minoría de ciudadanos a los que no les importa ser de verdad tales.

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