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¿Más vale tarde que nunca?

Darle protagonismo a ideologías extremistas personalizadas en ciertos líderes, y no a las ideas de los escasos y verdaderos políticos, ha llevado a la politiquería de siempre, y no al urgente análisis del futuro

3 de marzo de 2021 Por: Benjamin Barney Caldas

Tanto presionar en Colombia para firmar la paz a la carrera y con apenas una parte de las guerrillas, inicialmente subversivas pero ya hace años convertidas en grupos extorsionistas y narcotraficantes, no llevó a concluir la guerra con esa parte ni mucho menos con las otras que siguen creciendo. Y por lo contrario la anhelada paz tardará aún mucho más en llegar, y con total seguridad no llegará antes de que todo el Estado llegue a todo el país todo el tiempo.

No despenalizar las drogas, como se hace cada vez más en el mundo, es lo que aumenta la deforestación de selvas para sembrar coca, y lo que alimenta el narcotráfico y con él las guerrillas, la corrupción generalizada y la inseguridad urbana. Y entre tanto no se avoca la drogadicción como un problema de salud pública que, comparativamente, afecta a un bajo porcentaje de la población.

Darle protagonismo a ideologías extremistas personalizadas en ciertos líderes, y no a las ideas de los escasos y verdaderos políticos, ha llevado a la politiquería de siempre, y no al urgente análisis del futuro. A incrementar la desinformación y las ‘noticias falsas’ pues como dijo Erasmo, ”la verdad es simple y el error, en cambio, fecundo” (M. Catalán: Antropología de la mentira, 2014, p. 42).

La falta de educación cívica y olvidar la importancia de las ciudades, pese a que en ellas ya viven cerca de las tres cuartas partes de la población del país, y que los nuevos edificios deben respetar su entorno inmediato, ser autosostenibles y volver a ser emocionantes y no meros espectáculos costosos y pasajeros, ha causado el deterioro creciente de la calidad de vida de todos los colombianos.

Pasar por alto la sobrepoblación y su consumismo auspiciado por su propaganda engañosa, ha llevado a eludir sus consecuencias para la vida humana y ya ha acabado con la de otras especies. Además de la generación de gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento global, la que es por supuesto proporcional al tamaño de la población y al consumo innecesario de bienes y su consecuente generación de basuras contaminantes del medio ambiente.

Ignorar las primeras consecuencias del cambio climático, aun cuando ya son evidentes desde hace un tiempo, como lo es el aumento de la intensidad y la frecuencia de las manifestaciones climáticas, puede llevar más pronto que tarde a una catástrofe climática que afectaría a todas las partes del mundo, la que además se sumaría a los malos efectos de la sobrepoblación y el consumismo.

No pensar racional y analíticamente, cuya mínima expresión es el sentido común, sobre todos los temas anteriores y otros más, y sus interrelaciones, simplemente lleva a su ignorancia y a no vislumbrar sus graves consecuencias. Y por eso fueron muchos los que sólo vieron en las imágenes de las inéditas nevadas de finales de febrero de 2021, la bella nieve y no sus preocupantes consecuencias.

Por todo lo anterior, no se puede dejar para más tarde el reducir a cero los gases de efecto invernadero, como lo demuestra Bill Gates (Cómo evitar un desastre climático, 2020). Pero para lograrlo hay que presionar a los gobiernos, como hace varios años Greta Thunberg y sus muchos seguidores en el mundo, a los que apoya Mary Robinson, ex presidente de Irlanda (El Tiempo, 28/02/2021), pero aún no es suficiente, y ahora más vale antes que demasiado tarde.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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