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Cali: Ciudad y territorio

El fértil valle alto del río Cauca es una ‘región de ciudades’ y en ella la heterogeneidad de Cali ‘ciudad-región’ subordina las actividades de su parte sur.

2 de septiembre de 2020 Por: Benjamin Barney Caldas

El fértil valle alto del río Cauca es una ‘región de ciudades’ y en ella la heterogeneidad de Cali ‘ciudad-región’ subordina las actividades de su parte sur, pero su área metropolitana, que existe de hecho hace años, sólo incluye las áreas inmediatas de los municipios vecinos, cuyos asentamientos menores funcionan como ciudades dormitorio, industriales, comerciales o de servicios, pero Yumbo y Jamundí ya son ‘ciudades fuera de la ciudad’ que hay que separar con ‘cinturones verdes’ y en Cali impulsar las ‘ciudades dentro de la ciudad’ alrededor de ‘centralidades peatonales’ con el debido equipamiento urbano, formadas por ‘supermanzanas’ de tráfico local y limitadas por vías principales.

Lo de las ciudades dentro de la ciudad fue en Colombia una política del Departamento Nacional de Planeación (DNP) en la década de 1970, a la que el arquitecto y economista urbano Julián Velasco agregó lo de centralidades peatonales y que ahora llama “ciudades de 15 minutos” el arquitecto y urbanista Carlos Moreno, asesor de la alcaldía de París, y con supermanzanas como las ideadas para Barcelona por el ecólogo urbano Salvador Rueda. Pero como señala Nicolás Ramos, ingeniero civil, exgerente de Emcali y expresidente de la SMP, se sigue creyendo en más vías para carros particulares y no en disminuirlos como ya en muchas ciudades (Caliescribe, 22/08/2020).

Y respecto a la movilidad regional, además de recuperar la navegación por el Cauca, se debería mejorar el transporte entre las cabeceras municipales y Cali comenzando por Palmira, disminuir tiempos de desplazamiento; convertir su red de doble calzada en verdaderas autopistas para tráfico pesado interregional; integrar el Sistema de Transporte Masivo de Cali a un tren de cercanías entre Yumbo y Jamundí, y entre Cali y Palmira, pensando ya sus futuras prolongaciones a Santander de Quilichao, Popayán y más allá a Quito, a Cartago y Cartagena, a Buenaventura y su conexión con China y Japón, y a Bogotá y más allá a Caracas, pensando en grande un mundo cada vez más pequeño.

Como dice Carlos Moreno: “Nos movemos mucho porque el mundo urbano ha separado espacialmente las funciones claves, que son: la vivienda, el trabajo, el abastecimiento, la educación, la salud y el ocio”. Lo que debería llevar en Cali a considerar la importancia del papel que jugaría el nuevo eje urbano y regional ya propuesto. El hecho es que vivimos mal en ciudades mal planificadas por ser mal pensadas por la propiedad privada del suelo urbano/urbanizable. El objetivo es recuperar la interacción social y la capacidad de discernir y analizar todo con una visión amplia pensando en la ciudad, y solo entonces agregar la de los especialistas. Sumar y no restar para multiplicar y no dividir.

“Pensar distinto es pensar” como piensa la bella Nieves (El País, 27/05/2020); y “pensar igual” es creer sin haber visto. El hecho es que hay más territorio que Estado, explica Alfredo Carvajal (El País, 02/09/2020). Pensar y no creer es lo de las personas con pensamiento científico al hacerse preguntas y buscar respuestas verificables que sólo creerán mientras no sean refutadas por pensamientos comprobables. Los que tienen un pensamiento artístico creen en lo que ven, oyen, tocan o sienten formulando preguntas a los demás. Pensamientos y creencias que los que tienen pensamiento filosófico analizan pensando todo sin creer en nada, y Hétor creerá que mejor no pensar y creer sin ver.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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