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Voto en blanco e indignación

Con el hundimiento de la reforma de Justicia, el presidente Santos...

29 de junio de 2012 Por: Beatriz López

Con el hundimiento de la reforma de Justicia, el presidente Santos desactivó la peor crisis institucional del país en los últimos años. Pero a un costo muy alto: aceleró el desgaste de un gobierno que ha echado para atrás dos reformas trascendentales: educación y justicia. De paso, tiró por la borda su reelección y le hizo ¡pluff¡ a la endeble Unidad Nacional, a juzgar por el tono furibundo de los conciliadores ayer en el Congreso. ¡Y el uribismo, pescando en río revuelto, quiere meter su mano en la Constitución y reelegir al Mesías.***Por primera vez el país reaccionó lleno de coraje e indignación al conocer el engendro de una reforma mutilada a espaldas de un Ministro sin agallas; que no leyó el flamante presidente de la Cámara, el todavía viche delfín Gaviria, y que firmó sin taparse la nariz su homólogo del Senado, el desprestigiado señor Corzo. La indignación llegó al límite ante el triste espectáculo de una clase política sin ética, sin moral y cínica, que no fue capaz de asumir su responsabilidad.***Al mediodía de ayer, el país esperaba la decisión de un Congreso donde flotaba el fantasma del prevaricato, la ausencia de quórum y las puyas de los congresistas contra el Gobierno y el Ministro de Justicia. Por fin, 117 representantes y 73 senadores hundieron la reforma para evitar que se abrieran las puertas de las cárceles y salieran en estampida los parapolíticos, los AIS, los miembros del honorable Club de las Chuzadas y el regreso triunfal de los que buscaron asilo para evadir la Justicia.***Todos a una, como en Fuenteovejuna, contribuyeron a procrear el engendro de una reforma que nació viciada, desde el Presidente, que demostró una vez más que, el fin justifica los medios, nuestro muy querido paisano, Federico Renjifo, Vargas Lleras (el que gestó la criatura), Juan Carlos Esguerra, Simón Gaviria, los conciliadores, el Secretario General del Congreso, los magistrados que pasaron de agache y los congresistas que firmaron “sin ver”.***Voto en blanco. Cuando estamos a dos días de las elecciones para gobernar este Valle de lágrimas, tenemos tres alternativas: l) No votar, 2) votar por el menos malo y 3) voto en blanco. La lucha por el poder está planteada entre el candidato de la Unidad Nacional, la misma que aprobó el engendro de la reforma de Justicia y que representa el clientelismo y las componendas, y el candidato emergente, cuyos antecesores le dieron la estocada final a las finanzas del Departamento. El tercero, no entra en el terreno de las probabilidades.***El triste espectáculo de unos candidatos sin propuestas, con pequeños libretos que sólo despiertan indiferencia en una región que perdió la credibilidad en la vieja clase política por conducirla al caos moral con el proceso 8.000 y al deterioro progresivo de su potencial humano, económico e industrial, y, del otro lado, la clase emergente que desperdició la oportunidad de realizar un cambio profundo, y optó por imitar las mismas nefastas tácticas, agravadas con el abuso de poder al saquear las únicas empresas sólidas que había dejado la otra clase.***Nos queda una opción digna: el voto en blanco, no la abstención, para despertar del letargo en que nos ha sumido el statu quo, y empezar a reconstruir nosotros mismos el futuro del Valle. Sin embargo, es importante que los movimientos que lo promueven no se atomicen y trabajen juntos para buscar un candidato de consenso. No sea que matemos el tigre y nos asustemos con el cuero.