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Prohibido enfermarse

Mientras los vallecaucanos no nos perdemos capítulo de la estampida de colombianos...

18 de septiembre de 2015 Por: Beatriz López

Mientras los vallecaucanos no nos perdemos capítulo de la estampida de colombianos por las trochas venezolanas o de las peleas del fiscal Montealegre con Raimundo y todo el mundo, no hemos tomado conciencia de la crisis hospitalaria que se gesta en Cali y el Valle con el cierre, liquidación, intervención o inclusión en la Ley 550 de hospitales y clínicas tan emblemáticos como el Hospital Universitario, la Clínica Rafael Uribe Uribe, los hospitales de Buenaventura y de Tuluá, el San Juan de Dios y el Duarte Cancino.***El caso del HUV ha sido suficientemente publicitado, en el sentido de que se le adeudan a nivel nacional $5,2 billones, mientras que las EPS de la región le deben de $62 mil a $100 mil millones. También hemos visto la actitud evasiva del gobernador Delgado, el silencio cobarde de la Junta Directiva del Hospital, la indignación oportunista de algunos senadores y el mutis por el foro del rector de la Universidad del Valle, cada uno tirándose la pelota para no asumir la responsabilidad del descalabro de una Institución que fue orgullo de la ciencia y la academia. Había que buscar un chivo expiatorio de la indolencia, ineficiencia y hasta complicidad con los auténticos salteadores y no fue otro que el médico Rubiano.***Siento vergüenza cuando paso frente al HUV y veo a médicos, estudiantes, enfermeros y personal administrativo protestando por lo que sucede puertas adentro del que era considerado el hospital de guerra del occidente colombiano, donde hoy asustan en los pasillos y en la sala de urgencias, que atendía hasta cien pacientes, “hoy llegan escasamente a cuatro”, como dijo un estudiante durante el plantón ante el edificio de la Gobernación. A los médicos no les pagan, y no hay ni gasas, ni apósitos, ni los insumos, ni bolsas de sangre, ni estetoscopios, ni siquiera acetaminofén, todo frente a la indiferencia de una ciudad de tres millones de habitantes que no le duele lo que allí sucede.***Y, ¿qué tal lo que hoy está pasando con la Clínica Rafael Uribe Uribe? Cuando aún no existían la Fundación Valle de Lili, Imbanaco y Dime, esa Clínica, que entonces pertenecía al ISS, era la institución de salud más importante de la ciudad, donde atendían médicos con altísima formación profesional. Viene el desplome del Seguro Social, y la Clínica pasa a manos de Comfenalco y de la Universidad Libre.***Pero ese ‘matrimonio’ fracasó por incompatibilidad de caracteres, pues mientras la U. se dedicaba a la cátedra, la empresa que administraba el centro de salud medía los resultados no por la eficiencia del servicio sino por el balance económico. Vinieron las restricciones de horas de servicios, el pago a profesionales y el control de insumos, y pasó lo lógico: Comfenalco renunció a la sociedad con la Universidad, la cual quedó con el 100% de las acciones y ahora busca un socio con plata para impedir su colapso definitivo.***Y, ¿qué opina el Ministro de Salud? Mucha intervención mediática, pero a este gobierno le quedó grande la crisis de la salud. No fue capaz de poner freno a las EPS e implantó medidas tan tibias como el acetaminofén contra la chikungunya. Por lo pronto, queda prohibido enfermarse.***Entretanto: He sentido como nadie la muerte de Toño Barberena, no solo por la cercanía toda mi vida con el clan Barberena, sino por el gran ser humano que fue este hombre divertido e inteligente, quien al llegar a la Gerencia del Incora, no le importó decir que “tenía sangre de invasor”, por aquello de que su padre, líder popular algo tuvo que ver con la ‘urbanización’ de vastos sectores de Cali.